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Los sentimientos de mi comunidad

Por: Luisa Alcalde
Plaza Djemma el Fna en Marrakech (Marruecos).
Plaza Djemma el Fna en Marrakech (Marruecos), declarada Patrimonio Oral de la Humanidad por Unesco.

Hace un par de días tuve la oportunidad de asistir a una interesante conferencia inaugural del programa Social Media Training de la Escuela de Directivos de Comunicación, puesta en marcha recientemente, cuyo autor, Stephan Fuetterer, socio fundador de la consultora Best Relations, centró sus argumentos principales en cómo integrar la web 2.0 en los procesos de negocio de la empresa para aumentar su rentabilidad.

Fuetterer hizo una exposición extensa sobre la importancia que tiene la reputación sobre la cuenta de resultados de las empresas y la necesidad de establecer objetivos concretos para medir y construir ese intangible que muchas veces no es suficientemente valorado por otros departamentos ajenos al área de Comunicación. La promoción, la presencia mediática, el incremento de las ventas, la mejora en la atención al cliente, la optimización de la innovación y la atracción del talento son algunos de los fines que se pueden conseguir con una adecuada estrategia en este ámbito.

Cuando muchos responsables empresariales todavía se estaban preguntando sobre la verdadera necesidad de adentrarse o no en el intrincado mundo de Internet, la web 2.0 resultó ser un tsunami que ha hecho desembocar a clientes y empresas en una plaza pública global, donde el contacto es tan directo y personal que hasta se puede palpar. Ya no vale mantenerse subido al pedestal desde el que se lanzaba un mensaje controlado y unívoco; ahora las reglas del juego han cambiado y los consumidores quieren ser escuchados, generan su propio contenido y son prescriptores de influencia, en muchos casos.

Saber escuchar

Por eso, la gestión adecuada de las conversaciones y los sentimientos y emociones que se derivan de la web 2.0 serán la clave para que unas empresas tengan ventajas competitivas sobre las que no quieran darse un paseo por el zoco a escuchar, a charlar, en definitiva a participar en un diálogo entre iguales.

En Castilla y León Económica, gestionamos información, contenido, comunicación y está en nuestra génesis agudizar el oído para extraer el máximo partido de las conversaciones para posteriormente convertirlas en noticia. Pero además, ahora con la web podemos hacer crecer ese contenido original, enriqueciéndole con aportaciones y sugerencias de los internautas que se sienten miembros de una comunidad en la que han depositado su confianza. Hemos invertido años de esfuerzo en ganarnos su dedicación y respeto e intentamos cuidar con esmero sus sentimientos porque tenemos el firme convencimiento de que son nuestro bien más preciado.

2 comentarios

  1. Me parece que Castilla y León Económica está muy lejos de la realidad y de las conversaciones de los ciudadanos .

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