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Alumnos 2.0 y profesores 1.0

Por: Alfredo Vela
claseUniversidadEstudiantes

Desde hace mucho tiempo me he dado cuenta de que el sistema educativo que tenemos en la actualidad deja mucho que desear, a los hechos me remito. Tenemos en teoría a la generación de jóvenes mejor formados de la historia, pero sólo en teoría, es decir, que disponen de elevados conocimientos teóricos, pero cuando llegan a las empresas hay que formarlos en materias prácticas, ya que no conocen en absoluto nada acerca del mundo empresarial. Los factores son múltiples y variados, entre los que destaco:

• Los programas educativos son, en la mayoría de los casos, antiguallas sin aplicación alguna en las empresas y además disponemos de titulaciones que no se corresponden con las demandas de la iniciativa privada. La burocracia imposibilita que las titulaciones se adapten con rapidez a los cambios en las empresas, en muchos casos, cuando se aprueba una nueva titulación ya es antigua. O cambiamos los procedimientos o simplemente tiraremos el dinero y minoraremos la productividad de nuestra economía, ya que mucho tiempo de los trabajadores se va en formación que ya deberían tener los alumnos.

• Otro factor que aumenta este alejamiento es el profesorado, que, en la mayoría de los casos, posee elevada cualificación académica, pero nula cualificación laboral. Un porcentaje muy elevado de ellos sólo ha vivido dentro de las paredes de la universidad. En muchos casos no se les permite trabajar en empresas, ya que se les exige dedicación exclusiva. Hoy en día, para ser profesor de universidad se necesitan 3 titulaciones y 8 postgrados y 27 libros publicados, ya que eso otorga muchos puntos. No es posible contratar auténticos profesionales del mundo de la empresa, que a veces no poseen titulación universitaria pero que conocen a la perfección el mundo de las empresas.

• Un tercer problema es tener catedráticos de por vida, que reparten generosamente sus conocimientos con la elevada cifra de 4 ó 6 horas de clase a la semana. Tener el puesto asegurado en la mayoría de los casos merma sustancialmente su motivación. Muchos de esos catedráticos que llevan decenas de años en sus puestos no serían capaces de superar una oposición en condiciones de hoy en día.

• A pesar de que muchas tecnologías llevan años entre nosotros, los centros educativos no las han integrado en sus procesos formativos de manera adecuada. Si uno va a una clase de Derecho, verá a un profesor que repite la lección que ya ha explicado decenas de veces, que podía tener grabada en un vídeo y en clase hacer algo útil.

Podría seguir enumerando más factores que hacen que nuestro sistema educativo genere parados con elevados conocimientos teóricos, que en general no sirven para mucho en los trabajos a los que en teoría están destinados. Ya hemos superado el 50% de paro juvenil y si revisamos el perfil educativo de nuestros jóvenes veremos que no se corresponde con la demanda de puestos de trabajo. Hemos convertido nuestro caro sistema educativo en una fábrica de desempleados sin parangón en el mundo. Cuanto más tardemos en reorientarlo, mayor será el daño ocasionado, que ya es irreversible para varias generaciones.

Tecnologías 2.0 en un mundo de profesores 1.0

Además de lo anteriormente expuesto, si nos damos una vuelta por las aulas de nuestros niños y jóvenes veremos, sin mucho esfuerzo, que las tecnologías que casi todo el mundo usa se quedan a las puertas de colegio. Sí, tenemos ordenadores, pizarras digitales, conexiones a Internet, pero seguimos en la mayoría de los casos con modelos educativos propios del siglo XIX.

Tenemos una tasa muy elevada de fracaso escolar y si miramos el informe PISA es para asustarse. Últimamente hablamos mucho de trastornos de déficit de atención y no nos damos cuenta de que no nos prestan atención porque no utilizamos los medios adecuados. Si miramos a los niños en su tiempo de ocio les vemos usando la televisión, los smartphones, los videojuegos, los ordenadores portátiles y las tablets; mientras que cuando llegamos al aula seguimos anclados en el lápiz y papel del siglo XIX. Muchos todavía dicen eso de “así aprendimos todos”, aunque ellos mismos agradecen que existan neurocirujanos y no se siga utilizando la trepanación.

Aunque este tema daría para varias enciclopedias, sólo pretendo despertar las conciencias de los responsables de la educación para que al menos piensen sobre el tema.

Algunas de las ideas sobre las que habría que trabajar son:

• Todos los alumnos que tenemos en las aulas son nativos digitales, y con suerte la mitad de los profesores son inmigrantes digitales, quedando otra mitad a la que el mundo digital le repele, y además hace gala de ello poniendo excusas tan peregrinas como que han llegado tarde a esas tecnologías (he de recordar que no adaptarse a los cambios tecnológicos es motivo de despido procedente según la legislación española), que los alumnos conocen las tecnologías mejor que ellos (entonces, ¿cuándo piensan ponerse las pilas?), que al colegio se va a aprender, no a divertirse (ya, si esto es de lo que hablamos), que los programas educativos son anticuados (pero hacen huelga porque les suben las horas lectivas). Como vemos, sólo son excusas. Si no se sienten motivados y con ganas de trabajar y mejorar, lo tienen muy fácil, que dimitan y se busquen otro trabajo que les motive más. Han de recordar que están jugando con el futuro de nuestros hijos (y de los suyos) y con el futuro de nuestra sociedad.

• Debe abrirse el debate sobre qué tecnologías son las más adecuadas para cada materia y para cada grupo de edad, para intentar conseguir que el amor que los niños y jóvenes tienen a las tecnologías se aproveche a favor de su educación.

• Intentar no cometer el error de utilizar las tecnologías para seguir haciendo lo mismo que hacíamos con los medios tradicionales, como por ejemplo, poner en Internet los mismos contenidos y en los mismos formatos que ya tienen los niños en papel, utilizar las pizarras digitales como las de tiza o usar ordenadores en el aula sin que los profesores conozcan la técnicas pedagógicas correspondientes para poder aprovechar las ventajas de la herramienta.

Acabar con esa lacra de llenar los centros educativos de tecnología para en muchos casos dejar que se quede obsoleta en su embalaje original, o porque no se sepa qué hacer con ella o porque no sea adecuada o simplemente porque dependa de las ganas que tenga el encargado de ponerla en funcionamiento.

Estudiar cómo se utiliza la tecnología en las mejores instituciones educativas del mundo, para intentar aprender de los mejores, dejando esa política de igualar a todos por abajo, ya que de esa manera no conseguiremos aprovechar las mejores capacidades de nuestros alumnos, ya que con esa estúpida política de todos iguales lo que vamos a conseguir es coartar las iniciativas y capacidades de nuestros jóvenes. Para conseguir que cada alumno pueda desarrollar sus capacidades más sobresalientes, la tecnología es un buen aliado.

Como resumen, podríamos decir que tenemos un sistema educativo alejado de la empresa y de la sociedad, que está nutrido por alumnos 2.0 y con profesores, dirigentes y políticos que a duras penas llegan al 1.0

9 comentarios

  1. ¡Le felicito, Profesor!. Es el mejor artículo sobre este tema que he podido leer desde que he tratado de dedicarme a la educación online. No hay ni una sola letra desperdiciada en toda la exposición. Ojalá esto pueda hacerse llegar a todos los profesores del mundo, al menos los de habla hispana. He podido deleitarme al ver que no sólo soy yo ni mis allegados los que pensamos lo mismo sobre lo obsoleto del actual sistema educativo en el mundo en general.

    1. Es MUY fácil criticar la labor docente… Sin embargo, no he visto en este artículo ni una pizca de la realidad que los docentes tenemos que aguantar en cuanto a la tecnología: tenemos que formarnos en nuestro tiempo de descanso, con nuestro propio presupuesto… Y luego quizá ni podemos poner en práctica lo aprendido, porque en el Centro ni siquiera disponemos de la tecnología necesaria para llevarlo a cabo… (ahora seguro que alguno saldrá con que tenemos muchas vacaciones, jajaja… Pero, claro, eso de corregir, preparar lecciones, investigar información y nuevas herramientas… además de actualizarse en el propio área y formarse en tecnologías… eso no cuenta… ni las horas de tutoría, de seguimiento de los alumnos, personalización del trabajo, preparación de proyectos, actualización de nuestras paginas web de soporte para nuestros alumnos, más seminarios, congresos… Supongo que es el mismo trabajo que cualquiera realiza tras su jornada laboral…

      Menos teoría, compañero, porque lo que suscribes aquí está más que dicho desde hace veinte años, cuando a las tecnologías todavía se les llamaba “nuevas” tecnologías… En lugar de tanta vieja y trasnochada crítica, que suena a más de lo mismo que siempre escuchamos, no estaría de más que aplicaras tu propia teoría para hacer una exposición más acorde con lo que dices, un planteamiento más abierto y flexible, incluso constructivista y colaborativo, que parta de las necesidades reales de quien te lee y aporte información significativa que nos ayude a avanzar; que nos coloque en el plano de la reflexión y la autocrítica, pero nos ayude a encontrar caminos para dar con soluciones reales y útiles.

      Te recuerdo que criticar y no ser constructivo también pertenece a la trasnochada época educativa que describes.

      1. Hola mjesus:

        Si lees detenidamente el artículo, no critico la labor docente, critico, con ánimo de mejorar, el sistema educativo por completo, del que los profesores formáis parte. La mayor crítica que se puede hacer a los profesores, como dice profesrmillan en su respuesta es que sois cómplices por omisión del desaguisado y que no se ven iniciativas que partan del colectivo que vayan encaminadas a la mejora del sistema.

        Un saludo

        Alfredo Vela

  2. Por actitudes como las de mjesusra es que estamos como estamos. Hay que entender que el 90% de la responsabilidad de lo que sucede en el sistema educativo corresponde a las autoridades encargadas de establecer y llevar a cabo las políticas educativas, si bien es cierto que el profesor es el actuante principal en la educación del estudiantado, no es menos cierto que la gran mayoría carecen de conocimientos sobre las necesidades modernas de las empresas. Si se sabe esto desde hace 20 años y no se a actuado en consecuencia, significa que a la élite intelectual le está fallando algo. Nos está comiendo la tecnología. Por citar un ejemplo en mi universidad han dotado 4 salones con computadoras e internet, sin embargo sólo se usan para acumular polvo, pues salvo la presencia de las máquinas, no ha habido ninguna instrucción a los docentes sobre cómo esas herramientas pueden ser utilizadas de manera eficiente y efectiva en la mejora de la educación. Un real desperdicio, tanto de dinero, como de oportunidad de mejorar. No veo este artículo como una crítica destructiva, lo veo como un alerta más de una realidad que, a pesar de ser “vieja”, continúa siendo vigente… véanlo como la alarma de un auto al que todos saben que está sonando y pocos prestan atención. Ser consciente del problema y no hacer nada es ser cómplice silente. Felicidades para el autor, hay que seguir sonando las campanas, aunque muchos se ofendan.

    1. Nada que objetar, totalmente de acuerdo con tu análisis, gracias por el comentario.

      Un saludo

      Alfredo Vela

  3. Estimado Alfredo,
    No puedo estar de acuerdo con determinadas afirmaciones que viertes en tu artículo (con algunas puedo estar de acuerdo). Me voy a referir fundamentalmente a dos de ellas, relacionadas con la FP inicial que se imparte en los centros educativos.
    La primera se refiere a las competencias profesinales que se desarrollan en los estudiantes a través de los ciclos formativos de grado medio y, especialmente, de grado superior de la FP. La actualización de los contenidos, habilidades y estrategias, incluidas en las nuevas cualificaciones profesionales, que conforman las 2.000 horas de formación teorico-práctica de un ciclo formativo, produce una formación que se acerca a las necesidades que se requieren en las empresas. El dato más claro que confirma lo que digo es el alto índice de inserción que se ha venido manteniendo, en Castilla y León, hasta el año 2009 (cercano al 90% a los seis meses de finalización de estudios, con un 40% enlazando la finalización con el primer trabajo en la empresa) y que se ha mantenido en el 60% en algunas profesiones desde entonces. El grado de satisfacción de las empresas con el alumnado egresado de FP venía superando el 80% en la mayoría de los casos. La relación con las empresas ha sido cada vez mayor y ha facilitado una retroalimentación favorecedora de estos efectos. Aún así, acepto que es preciso flexibilizar más las unidades de competencia para poder acercarlas a las necesidades puntuales de formación que precisan determinadas empresas, para adaptar de forma rápida a sus trabajadores a un determinado proceso de producción de bienes y servicios.

    La segunda cuestión está en relación con el profesorado y los equipamientos de los centros de FP.
    El profesorado de FP está muy formado y altamente cualificado en la especialidad que imparte. Primero por su formación académica, que determina un buen conocimiento de su profesión docente y, después, porque se trata, de forma general, de un profesorado inquieto y deseoso de formación adicional y de actualización constante. Te doy datos de lo que afirmo. Desde el año 2.000 se vienen impartiendo, en verano, hasta 60 cursos de actualización tercnológica con empresas punteras de Castilla y León y de fuera, Universidades, centros tecnológicos…que recualifican a más de 900 profesores. Al tiempo, es preciso indicar que los centros tienen, en general, un buen equipamiento tecnológico, cada vez más actualizado, con utilización de TIC y que día a día es utilizado en los talleres por el alumnado.
    Estos dos aspectos que te comento, amigo Alfredo, considero que es preciso tenerlos en consideración en el mundo educativo.

    un cordial saludo.

    Marino Arranz

    1. Hola Marino:

      Conozco tu dilatada experiencia al frente de la Formación Profesional de Castilla y León, y me ha sorprendido gratamente ver que sigues con interés lo que se publica sobre temas educativos.
      Sobre tu exposición quería comentar algunos aspectos:
      – En el artículo yo no hablaba específicamente sobre la FP, lo hacía sobre el sistema educativo en general, de que la FP forma parte. No dudo de los profesores se formen, de hecho yo he participado como formador en alguno de los cursos que mencionas, y conozco el tema con bastante profundidad. Lo que reflejaba, sobre todo es la desconexión entre los profesores y las empresas, la mayoría de los formadores no han trabajado nunca en empresas y puestos de trabajo sobre los que imparten la formación, en muchos casos por temas de incompatibilidades. También quiero comentar que en España el número de personas que quieren ser empresarios es casi ridículo y que el sistema educativo no ha hecho nada al respecto, es más casi lo contrario, los Universitarios españoles quieren ser funcionarios en su gran mayoría, y si miramos los países de nuestro entorno veremos que los universitarios quieren ser empresarios, algo tendremos que estar haciendo mal.
      – Sobre la formación profesional, decir, que en mi opinión (y fui estudiante de FP) desde hace más de 30 años se estropeó al adoptar el “COMPLEJO DE TITULITIS ESPAÑOL” donde si no eras universitario, no eres nadie. Hemos llevado a cientos de miles de jóvenes a la Universidad para integrarles en puestos de trabajo que no lo requerían, hemos realizado una cuantiosa inversión que en muchos casos no es necesaria.
      – Otro dato que quería comentar, es que cuando hablamos del tema, lo hacemos con cifras cuantitativas y no cualitativas. Ejemplo: en el año 2009 se conseguía un 90% de inserción en los alumnos de FP. ¿Pero no es cierto que en esas épocas el mercado laborar lo absorbía todo? ¿Cuántos de esos alumnos trabajaban en el puesto para el que habían estudiado? ¿Cuanto podría haberse mejorado la empleabilidad y las ganas de emprender de haber cambiado el sistema educativo? ¿Por qué no hemos utilizado la cifra de que en la actualidad el mercado laboral español tiene un 50% de desempleo juvenil? Yo lo que quería expresar en mi artículo es que algo hemos estado haciendo mal, muy mal y a los hechos me remito.
      – Y por último quería comentar, ahora que estamos en época de recortes, el problema que bajo mi punto de vista la formación superior sea gratuita, ya que hemos conseguido que no se le de la importancia adecuada, en Alemania o Estados Unidos para estudiar carrera se concede a los alumnos un crédito avalado por el Estado, que cuando los alumnos terminan sus estudios y se ponen a trabajar han de devolver al erario público. Sin embargo en España podemos encontrar muchas personas que han estudiado 2/3 carreras y algún postgrado, que terminan trabajador de auxiliares administrativos, lo que nos puede llevar a la conclusión de que no valoramos la importancia de la formación y que malgastamos el dinero de otros.

      Un saludo

      Alfredo Vela

  4. Interesante artículo… sin duda secundo varios de los planteamientos. El alejamiento de profesores y yo diría que por ello el alejamiento de los programas educativos de la empresa y su modus vivendi y operandi , es un despropósito inconcebible. Pero el “catedrático de por vida”, si trabaja desde la universidad en consultoría empresarial, en investigación, proyección social, además de la docencia, es un ideal que sólo se consigue cuando laboras como profesor en el mundo universitario, y allí en cumplimiento de la misión de la institución desarrollas toda tu competencia descubriendo o inventando lo desconocido, enseñando lo descubierto e inventado y por tanto ya conocido y aplicando/difundiendo en la empresa o sociedad lo oportuno, útil y pertinente de aquello que ha sido descubierto/inventado y se está enseñando en el campus universitario, y por supuesto esta interacción te mantiene “al día” -como experto o como conocedor- de toda tecnología emergente, cualquiera que esta sea. Entonces…bienvenido el trabajo de por vida, con seguridad social, laboral, económica, en una experiencia a dedicación exclusiva full comprometida con la misión de la universidad como un todo integral, que realmente trasciende. Lo de las tecnologías si es un tema mas difícil. Para empezar difiero que quienes estudian actualmente el bachillerato o en la universidad sean o se conduzcan como creemos que deben conducirse los llamados “nativos digitales”, a quienes suponemos competentes dada la cronología del coincidente advenimiento de las alguna vez llamadas “NUEVAS” Tecnologías de Información y Comunicación, NTICS (que ya de NUEVAS NO TIENEN NADA) y el nacimiento de esa generación de hoy NUEVOS “jóvenes”. Estoy realmente asombrado y casi frustrado al advertir que NO ES CIERTA ESA TAL COMPETENCIA que automáticamente asentimos cuando quizá inconscientemente y sin ningún análisis damos por sentado que si tanto tecnologías como esa generación son coetáneos, entonces se produjo una “natural apropiación” del conocimiento de entonces, es decir de las NTIC´s para una educación mas rica, completa, profunda, práctica y por que no…divertida. Muchas veces estos nativos -estudiantes universitarios- descollan pero en una que otra de las manifestaciones sociales de la web 2.0, pero fundamentalmente para socializar, y claro que ello les da la confianza para adentrarse a colonizar o conquistar estos predios o artilugios una vez confrontados con exigencias académicas, pero…¿existen estas exigencias?. ¿La universidad, es decir sus profesores y directivos son y/o están en que actitud o acción?.¿Se desplazan, colonizan, conquistan, migran, revolucionan?. Y en consecuencia…¿los programas y sus métodos de enseñanza-aprendizaje de que generación tecnológica son?. Ya se habla de 3.0, 4.0 y…! aún una porción importante del planeta está en 0.0(¿huérfanos digitales?) !. Otros apenas llegando a 1.0. y decididos a plantarse allí en la creencia que ya ese avance a su edad es mas que suficiente. Tengo 60 años, soy curioso, estudioso y casi fanático 2.0 para el trabajo, la colaboración, la superación personal, el entretenimiento culto y el ocio, y en el trabajo -educación superior- con tristeza veo y confronto a “hipotéticos nativos” y a huérfanos digitales(jóvenes y no tan jóvenes) en una exhibición interesante de reticencia, apatía, indolencia y actitud retrógrada muy difícil de ser superada por sí mismos. Sin duda que mas temprano que tarde se impondrán las realidades del avance inexorable del mundo digital -como la historia muestra que ha ocurrido con todas las tecnologías- en todos los ámbitos, pero hoy mas que nunca estas “nuevas” herramientas unidas a la actitud y el deseo de superación de la sociedad serán los protagonistas, aunque ello tome mas tiempo, debido a que la característica velocidad del cambio actual, tiene “desconcertado” al mundo educativo, especialmente el mundo universitario. Si la educación-universidad se “pone las pilas” como bien dice Alfredo, las ideas que muy acertadamente propone estarían entonces resguardadas. Un saludo a todos los foristas y a la orden… @decanopostgrado

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