La luz lechosa del amanecer grisáceo disipa las sombras caprichosas de la estancia involuta. Las nubes que pintan el cielo de Miami Beach se alejan arrastradas por la brisa del mar. El sol enciende la blancura de la habitación del piso 12. El suelo de pavimento blanco extiende su color neutro a paredes, techo, cama, chaise longe y baño. Los grandes ventanales en forma de esquina ofrecen una panorámica privilegiada sobre Collins Avenue y el paseo marítimo de Ocean Drive con el Atlántico al fondo.
La vista permite además apreciar algunos puentes que unen la isla de South Beach con Miami City y los rascacielos del North Town. Y es que la excelente ubicación del Hotel Delano es una de sus cualidades, junto con la arquitectura del edificio, una de las joyas del Art Decó, reformado hace pocos años bajo la batuta del diseñador Philippe Starck con claras muestras de su genio, por ejemplo en el bosque de imponentes columnas que conforma el lobby y alojan también al restaurante japonés Umi Sushi & Sake Bar, uno de los dos que acoge este establecimiento junto al italiano Bianca.
Magníficos desayunos compuestos de fruta, zumo, huevos y repostería se sirven en la coqueta terraza que da a la preciosa piscina exterior rodeada de tumbonas y exclusivos bungalos, en la que se puede disfrutar de un buen cóctel o algunas delicias para un almuerzo ligero. Algunos días un DJ ameniza la jornada con música pegadiza. Desde la piscina y sin más que cruzar el paseo peatonal de Miami Beach se accede a la playa de fina arena blanca con servicio de tumbonas y bar ofrecido por el hotel. El establecimiento preferido de Madonna también cuenta con gimnasio en el sótano y spa en la planta superior con espléndidas vistas.