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Jaguar i-Pace: La silenciosa marcha del felino

Construido sobre un chasis de aluminio, la plataforma del I-Pace acoge la batería de polímero de iones litio que reparte sus más de 600 kilos entre los dos ejes y tiene una garantía de ocho años, con revisiones cada 34.000 kms o 2 años.
Jaguar i-Pace.
Jaguar i-Pace.

Pisar a fondo el acelerador y notar cómo la espalda se nos aplasta contra el asiento no es una sensación nueva en un Jaguar. A lo largo de la historia, la firma de Coventry nos ha proporcionado muchas criaturas capaces de hacerlo, de proporcionarnos eso que ahora les ha llamado por denominar experiencias a los responsables de marketing y que no es otra cosa que buenas sensaciones. Pero ahora piso a fondo y no escucho el sonido de un antiguo 12 cilindros de un E-Type de los años 60 ó 70 o de un V8 de un moderno F-Type SVR.

En realidad no oigo nada pues estoy al volante de un I-Pace, el primer modelo 100% eléctrico de la casa creada por Sir William Lyons. Silencio, pero paso de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y alcanza los 200 km/h. Los culpables son 2 motores eléctricos de 200 CV y 348 Nm cada uno, situados respectivamente en cada eje, por lo que sus 400 CV en total se trasmiten a las cuatro ruedas.

Construido sobre un chasis de aluminio, la plataforma del I-Pace acoge la batería de polímero de iones litio que reparte sus más de 600 kilos entre los dos ejes y tiene una garantía de ocho años, con revisiones cada 34.000 kms o 2 años.

Dimensiones

Vestido con una carrocería a medio camino entre un SUV y una berlina coupé, con grandes llantas de veinte pulgadas que le confieren un aire deportivo, es un automóvil de 4,68 metros de largo, 1,56 de altura, 1,89 de ancho y una larga distancia entre ejes de nada menos que 2,99 metros de largo. El interior es muy amplio y tanto por diseño como por calidad de materiales resulta acogedor y trasmite sensación de ir en un alto de gama. El maletero es enorme con sus 638 litros.

En cuanto a comportamiento, me gustan las sensaciones y no se nota un peso excesivo en la conducción. El balanceo apenas es perceptible en las curvas rápidas y la dirección es precisa, si bien el radio de giro no es su punto fuerte.

El consumo homologado le permite una autonomía de 470 kilómetros en ciclo WLTP. En conducción muy rápida podemos llegar a gastar el  40% de la batería en 100 kilómetros y en conducción tranquila  el  29%. De un estilo a otro la autonomía varía de  253 a 345 km. Con una conducción media, hemos realizado el viaje Madrid-Valladolid siguiendo la A1, en Cerezo de Abajo (recargando media hora en el Hotel Restaurante Venta Juanilla, en Santo Tomé del Puerto, con punto de recarga rápido de 50 kW) y tomando la dirección hacia Cuéllar y posteriormente desde esta localidad hasta Valladolid. Al final del viaje disponíamos de una autonomía de 100 kilómetros y en ciudad, tras hacer varias gestiones y recorridos, aún teníamos 79 kilómetros antes de ponernos a recargar en Automóviles Alfageme.

Santiago de Garnica

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