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AON opta por la ‘experiencia de empleado’ en la remuneración de las plantillas tras el Covid-19

La consultora define el nuevo modelo retributivo que surge tras la pandemia y la masiva implantación del trabajo en remoto
Jorge Herraiz, director de Rewards & Performance Iberia de Aon.
Jorge Herraiz, director de Rewards & Performance Iberia de Aon.

“Durante la última década se ha producido una enorme transformación en la complejidad de los paquetes retributivos impulsada por las empresas más admiradas o con mayor necesidad de atraer y retener talento cualificado”, explica Jorge Herraiz, director de Rewards & Performance Iberia de Aon, quien detalla que cuando muchas organizaciones estaban ya gestionando con éxito la compensación total, que incluye conceptos retributivos y de beneficios agregados, el mercado evolucionó y se amplió el contexto en el que se interpreta la retribución.

“Surge entonces la idea en la que nos movemos en la actualidad y que integra la recompensa, de forma más visible y directa, con la vivencia general que una persona experimenta en su trabajo. La compensación total fortalece así la imagen externa como empleador que pueda tener una empresa”, apunta Herraiz.

Para este ejecutivo, el hándicap ahora es que se ha generado un punto de complejidad añadido por la pandemia del Covid-19, que provoca recortes en los presupuestos salariales. Además, señala que en este entorno, en el que muchas personas siguen trabajando en remoto, es cada vez más complicado generar una buena experiencia de empleado. “A pesar de la pandemia, la tendencia a potenciar cada vez más la compensación total es ya imparable. Hoy es una pieza más dentro del amplio ecosistema que aporta una experiencia única y diferencial a todos los empleados“, puntualiza el director de Rewards & Performance Iberia de Aon.

Retorno de la inversión

A su juicio, demostrar el retorno de la inversión de los enfoques de remuneración global es el desafío a afrontar y señala que, en sectores intensivos en atracción de profesionales, las empresas utilizan ingredientes asociados a la marca que venden a sus candidatos como elementos de captación. El retorno en estos casos se puede ver reflejado en procesos de selección más efectivos, basados en un mayor porcentaje de interesados por oferta de trabajo publicada y en la reducción de los rechazos o abandonos de candidatos hasta el momento de la contratación.

“Sin embargo, la propuesta de valor para el trabajador se está transformando en algo mucho más amplio denominado experiencia del empleado. Ya no se trata sólo de atraer al mejor talento y retenerlo después, sino de generar también las condiciones necesarias para que nuestras personas remen en la misma dirección con energía y alto compromiso, siendo capaces de aportar una mayor innovación, de desarrollar un liderazgo alineado y efectivo y, como consecuencia, mejorar los resultados empresariales”, subraya Herraiz, que prevé que el nuevo entorno empresarial y social post Covid-19 romperá con muchos paradigmas y hará replantear muchos conceptos aceptados hasta ahora como válidos.

Remuneración global

Así, detalla que las empresas que antes de la pandemia estaban implementando el concepto de remuneración global de forma aislada corren el riesgo de dedicar esfuerzos a algo que en breve podría quedar obsoleto en el mercado frente a sus competidores.

“No es suficiente con tener esquemas retributivos complejos que incluyan un fijo competitivo, un variable a corto plazo claro, justo y retador, un variable a largo plazo para directivos, paquetes de beneficios atractivos y personalizados a través de sistemas y planes de compensación flexible. Ahora, las empresas más admiradas y líderes en sus sectores han cambiado la forma de relacionarse con sus empleados y dedican esfuerzos reales para tratarlos como si de un cliente se tratase”, avanza el director de Rewards & Performance Iberia de Aon, que concluye que la experiencia del empleado ha llegado para quedarse.

“Se trata de entender y conocer mejor a todos nuestros trabajadores para poder ofrecerles una propuesta con iniciativas vinculadas a la salud, el bienestar e incluso su futuro económico más allá de la vida laboral. Y todo ello con la complejidad añadida de contar con un elevado número de personas trabajando en remoto desde sus casas. La buena noticia es que aquéllos que ya han avanzado en este nuevo concepto pueden hablar muy positivamente sobre la experiencia y su impacto en la organización y en los empleados. Esto, junto con el número creciente de organizaciones que ya están emprendiendo este viaje, debería darnos buenas esperanzas para el futuro”, pronostica Herraiz.

Más información en el número de septiembre de Castilla y León Económica

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