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Coface observa fuertes perturbaciones en los países emergentes

Contempla revisiones en el nivel de riego de mercados latinoamericanos y asiáticos, entre otros
Países emergentes.
Según Coface, los países emergentes se encuentran en un contexto de debilidad de los precios de las materias primas unido a la caída de su tipo de cambio frente al dólar.

Aunque el crecimiento mundial sigue recuperándose, por cuarto año consecutivo su tasa no superará el umbral del 3%, según la última evaluación de riesgo país de Coface, que apunta que los resultados en las economías avanzadas son mucho mejores, ya que el crecimiento en EEUU aumentó significativamente en el segundo trimestre (previsión de un 2,5% para 2015), gracias al consumo y a la inversión; y en la Eurozona (1,5%) continúa la recuperación gradual de la actividad.

Según Coface, los países emergentes, con una previsión de crecimiento de un 3% en 2015 y de un 4,2% en 2016, se encuentran en un contexto de debilidad de los precios de las materias primas unido a la caída de su tipo de cambio frente al dólar. En varios de los países emergentes más grandes, el crecimiento se ha ralentizado (China, Turquía, Sudáfrica) o ha entrado en recesión (Rusia y ahora Brasil).

Además, señala que el reciente colapso del mercado de valores en China y sus consecuencias en los precios de las materias primas han intensificados estas debilidades. Según Coface, el riesgo país en los mercados emergentes se mantendrá como un punto importante de vigilancia este año.

Países más pequeños

En este contexto de empeoramiento macroeconómico en los países emergentes de mayor tamaño, Coface identifica un aumento en el nivel de riesgo en varios países más pequeños.

Así, la evaluación A2 de Malasia ha sido puesta bajo vigilancia negativa. El país, dependiente de la demanda externa, sufre debido a la desaceleración de la economía china (uno de sus principales socios comerciales) y a la caída de los precios de las materias primas. Los altos niveles de deuda familiar y deuda pública constituyen un riesgo.

Por su parte, la evaluación C de Armenia ha sido puesta bajo vigilancia negativa, debido a su dependencia económica y financiera de Rusia, su potencial inestabilidad política y un brusco empeoramiento de las finanzas públicas.

Túnez ha perdido la vigilancia positiva de su evaluación B (desde marzo de 2015), debido a la alta probabilidad de entrar en recesión, tras el golpe económico que sufrió por los ataques terroristas, principalmente en el sector turístico. La persistencia de la amenaza terrorista y el aumento de las tensiones sociales en sectores afectados anteriormente por la crisis económica han terminado con los primeros efectos positivos de la transición política.

Latinoamérica

Latinoamérica, con una previsión de una recesión del 0,2% en 2015, experimenta una nueva oleada de revisiones a la baja en sus evaluaciones:

Brasil, bajo vigilancia negativa desde marzo, ha sido degradada a B. Su economía se encuentra en recesión (pronóstico de una contracción del 2,5% para 2015), en un contexto de creciente inestabilidad política. Tanto el gasto de los hogares, el principal motor del crecimiento, como la inversión, cayeron, especialmente teniendo en cuenta las repercusiones del caso Petrobras.

Ecuador, también bajo vigilancia negativa desde marzo, ha visto como su evaluación se degradaba a C. Este país es el segundo más afectado por la caída del precio del petróleo (40% de los ingresos presupuestarios, más del 50% de las exportaciones), que está teniendo su impacto en el gasto público y la inversión. Las perspectivas para las empresas locales privadas empeoran, debido a las disputas arancelarias con Colombia y Perú. La economía es altamente dependiente del capital chino, cuyos préstamos se comprometieron gracias a la adjudicación de concesiones mineras, ingresos petrolíferos y  a la futura producción de electricidad.

Chile, cuya evaluación ha sido degradada a A3, sufre por la caída de los precios del cobre y la desaceleración de China (el principal destino del cobre chileno). Los escándalos de corrupción están desestabilizando el entorno empresarial.

Trinidad y Tobago, que se recuperó de una recesión en 2012 y disfruta de un favorable entorno empresarial, ahora con una evaluación de A4, se está viendo afectada por los efectos negativos de las continuas bajadas de los precios del petróleo. Otro problema constante: el desarrollo de las infraestructuras y el suministro del gas. 

Castilla y León Económica

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