Cajaviva nombró el pasado mes de noviembre a Jesús María Hontoria como nuevo presidente de la entidad financiera, que conoce bien pues ha sido consejero de esta cooperativa de crédito desde su nacimiento en 2012. Este burgalés, que también está muy familiarizado con el modelo cooperativo ya que es socio y presidente de la Cooperativa Arlanza, con sede en Villalmanzo (Burgos), asume su nuevo cargo en un momento complicado para la economía debido a los efectos negativos del coronavirus.
Sin embargo, los datos de esta caja rural en lo que va de ejercicio son alentadores al registrar crecimientos en sus principales parámetros. Así, en el tercer trimestre de 2020 Cajaviva situó su volumen de negocio en 5.260 millones, con un crecimiento del 9,5%; sus depósitos aumentaron un 13,7% hasta los 1.801 millones; y la inversión crediticia registró un alza del 8,5% hasta los 1.261 millones.
Plan Estratégico 2019-21
En la actualidad, la entidad financiera desarrolla su Plan Estratégico 2019-21, cuyos principales ejes, en palabras de Hontoria, son “liderar el cooperativismo de crédito en los territorios que nos dan origen y en aquellas otras zonas en las que estamos implantados; consolidarnos como una entidad cercana, sólida y solvente, con un modelo de banca universal, especializada y segmentada, minorista, flexible y fuertemente arraigada a su territorio; y dar respuestas adecuadas a las necesidades de cada tipo de cliente y de cada socio, trabajando con las premisas de prudencia y sostenibilidad propias del cooperativismo, en un entorno de incertidumbre y de transformación del modelo de negocio”.
Hoy en día, la entidad, cuyo director general es Ramón Sobremonte, posee cerca de un centenar de oficinas, de las cuales más de 80 se ubican en Castilla y León, sobre todo en Burgos y Segovia, que son sus territorios de origen; además de Palencia, Valladolid, Ávila, Cantabria y Castelldans (Cataluña). El mundo rural, o la conocida como España vaciada, tiene una gran peso en su red comercial pues cerca del 70% de las poblaciones donde está presente no llega a los 3.000 habitantes y en más del 40% no tienen ni 1.000 habitantes, unos porcentajes que sorprenden debido a que los grandes bancos están abandonando las zonas periféricas.
“Nuestra meta no es acelerar la expansión geográfica, no tenemos necesidad de buscar masivamente nuevas plazas. La caja se presenta en donde está como lo que es, una entidad financiera especializada en su territorio, en todo lo que es nuestro, nuestro origen y sin duda los pilares sobre los que estamos construyendo y garantizando el futuro de Cajaviva”, explica Hontoria, quien añade: “nuestro crecimiento debe compatibilizar las nuevas tendencias digitales con nuestra presencia física. Por tanto, estamos ante un crecimiento más de carácter cualitativo, desarrollando nuevos negocios y nuevos canales, más allá del número de oficinas o de empleados. El reto es aportar valor y confianza a los clientes y, para esto, entendemos que es muy importante la presencia física, pero el crecimiento de las operaciones de menor valor añadido debe soportarse a través de canales desatendidos. Creemos que vincular el crecimiento a la mera apertura de oficinas es un concepto de banca muy anticuado”.
Banca minorista y tradicional
Hontoria defiende el modelo de banca de cercanía de Cajaviva, que tan buenos resultados está dando incluso en un ejercicio marcado por la pandemia: “Nuestro modelo es de banca minorista y tradicional, está muy volcado en aportar valor a las pymes y familias de nuestro entorno. Somos parte de la sociedad, de la comunidad, conocemos a nuestros clientes, porque son nuestros vecinos. Está en el ADN de la entidad. Nos hemos especializado en la economía productiva porque nacimos en el medio rural, donde la confianza y la cercanía no es sólo un valor, es la forma de vida, de ser y de estar, como el trabajo en equipo o la prudencia”. Y destaca con énfasis: “Lo que ofrecemos es flexibilidad, lo que nos diferencia es que podemos valorar desde el conocimiento de la persona, de la plaza y de la economía, las necesidades reales y objetivas de nuestros clientes, podemos ofrecer un servicio o un producto a la medida de cada uno de ellos desde nuestra especialización. En muchas ocasiones más que un préstamo puro y duro, por ejemplo, nuestros clientes quizás necesiten asesoramiento, y nosotros estamos aquí para aconsejar”.
Esta estrategia no implica asumir más riesgos en un mercado altamente competitivo y con estrechos márgenes pues Cajaviva presenta “una solvencia de la mejor calidad, muy por encima de la media española e incluso de la europea, con un ratio del 15,21% y con una posición de liquidez de más de 800 millones”, explica el presidente de la cooperativa de crédito, quien también destaca: “a septiembre de este año nuestro ratio de eficiencia era del 53,28% y la morosidad, en línea con el sistema financiero, en un 4,70%. Como se puede apreciar, se puede ser eficiente sin apalancarse únicamente en la dimensión”.
En la actualidad, Cajaviva tiene cerca de 120.000 clientes, 5.000 más desde septiembre del año pasado. De ellos, 12.500 son empresas y el resto son particulares, de los que 3.600 se hicieron clientes en el último año. Su inversión crediticia está muy equilibrada entre empresas (52,42%) y particulares (47,57%).
Líneas ICO
En un año donde el tejido empresarial está necesitado de financiación externa por la crisis provocado por el Covid-19, el volumen de préstamos concedidos en las líneas ICO a septiembre 2020 por Cajaviva alcanzó los 162 millones en 1.734 operaciones. El 41% de estas operaciones fueron de micropymes, el 33% de autónomos, el 24% de pymes y el 2% de grandes empresas. Su cuota de mercado en ICO alcanza el 14% aproximadamente en Burgos y Segovia.
Como cooperativa de crédito, Cajaviva tiene la obligación legal de destinar el 10% de los excedentes disponibles del ejercicio al Fondo de Educación y Promoción, pero la entidad aporta el doble, con una partida superior al millón de euros. Este importe se reparte fundamentalmente entre las fundaciones territoriales creadas para contribuir de mejor manera a su entorno social más cercano. “Las fundaciones Caja Rural Burgos, Caja Rural de Segovia y Caja Rural de Fuentepelayo se reparten el grueso de lo consignado con el objetivo de dinamizar la cultura, la economía y la vida social de sus respectivos ámbitos”, explica Hontoria, quien precisa que esos fondos se destinan “a proyectos de investigación y colaboraciones con las universidades y organismos como la Fundación Atapuerca o iniciativas sociales y culturales, como el Otoño Enológico, y deportivos, como las carreras solidarias que movilizan a cientos de personas en Burgos y Segovia. También invertimos en i+D+I y formación tanto para el sector primario junto a colectivos agrarios y cooperativos, como para empresas de la mano de las federaciones de empresarios, entre otros. Son cientos de iniciativas a pie de calle, con destinatarios concretos y aplicación directa allí donde Cajaviva está trabajando”.
Medidas durante el confinamiento
En Cajaviva destacan que viendo los efectos del coronavirus en otros países, adoptaron medidas antes del primer estado de alarma, con el foco en garantizar la salud de los empleados y defender sus puestos de trabajo, así como dar respuesta a las necesidades de socios y clientes. “Durante el confinamiento, Cajaviva fue una de las pocas entidades que mantuvieron todas sus oficinas abiertas y en servicio en sus territorios de origen, en el marco del compromiso que, como cooperativa, mantenemos con socios y clientes, aportando apoyo y confianza en un momento muy difícil”, señala Hontoria.
En su opinión, “nuestra entidad, y la banca en general, es el último recurso para detener las situaciones financieras derivadas de crisis económicas. Todo lo que ocurre en las empresas y en las familias viene a terminar en una entidad financiera. La tragedia del desempleo o los problemas de las empresas nos llegan ante la incapacidad para devolver préstamos”.
En esta crisis, “Cajaviva demostró que somos parte de la solución, fuimos nosotros los que ofrecimos moratorias, créditos ICO, adelantamos las prestaciones de jubilación y desempleo. Y sin embargo, la reputación del sector no mejora. Parece que todo lo que ocurre, ya sea el desempleo o los avatares de las empresas que no pueden sobrevivir, acaba por empeorar la imagen de la banca, aunque hayamos respondido”, reflexiona Hontoria.
Con razón, señala que no se entiende “por qué no ha habido ningún reconocimiento externo a los trabajadores que durante el confinamiento salían a trabajar cada día y se exponían al virus, tras ser declarada actividad esencial. Espero que seamos capaces de mostrar el valor que aportamos y eso cambie”.
Donaciones
Durante la pandemia, Cajaviva y sus fundaciones han donado fondos por valor de más de 125.000 euros para comprar material de protección para los distintos agentes sociales implicados en la lucha contra la pandemia, la Policía Nacional y los hospitales de Segovia y Burgos, además de donarse fondos a los Bancos de Alimentos.
“Hemos colaborado con organismos como la universidad, la Policía Nacional, la Cámara de Comercio, la Federación de Empresarios, y se han desarrollado o adaptado actividades a la situación de confinamiento para seguir prestando los servicios de asistencia e información social”, resalta Hontoria, quien enumera otras iniciativas adoptadas por la cooperativa de crédito durante la pandemia: “hemos mantenido la apertura de todas las oficinas en su horario habitual durante el confinamiento para que ninguno de nuestros clientes se encontrase en situaciones delicadas por cuestión de servicio y hemos puesto en marcha medidas como la eliminación del cobro de comisiones en datáfonos a los negocios sin actividad, o el adelanto del pago de pensiones y prestaciones sociales. Y, por supuesto, hemos facilitado el Plan de Ayudas del Estado ICO-Covid19 y además hemos implantando un plan de flexibilidad de préstamos”.
En un sector financiero en plena transformación por la implantación de los canales digitales y los nuevos hábitos de los clientes a la hora de relacionarse con la banca, la estrategia de Cajaviva pasa por buscar “el adecuado equilibrio entre una banca personal de cercanía y la prestación de servicios y comercialización de productos competitivos con una presencia digital y multicanal. De cada 100 operaciones registradas en Cajaviva, 63 se realizan por canales telemáticos. Es otra forma de relacionarnos con nuestros clientes”, según Ramón Sobremonte, director general de la entidad financiera, quien destaca que los esfuerzos de la caja en banca móvil se centran en que sus clientes “interactúen cada vez más con nosotros por canales digitales, y para facilitar su operativa ponemos todos los medios necesarios para que las transacciones más habituales se puedan desarrollar con comodidad y seguridad, desde el móvil. Pero también es cierto que cuando lo que necesitan es importante o tiene una fuerte transcendencia en su vida o en sus negocios, prefieren ver y comentarlo cara a cara con nuestros expertos, que además trabajan en la configuración a medida de aquellos productos o servicios que nuestros clientes necesitan. De hecho, nuestras oficinas son o van camino de convertirse en espacios de consultoría de valor añadido”.
Por ese motivo, en opinión de Sobremonte, “lo importante para nosotros es hacer una oferta integral competitiva, en equilibrio entre la autonomía del cliente y la importancia de interacción humana, utilizando herramientas avanzadas para ofrecer asistencia de forma innovadora y, sobre todo, con total seguridad. La tecnología favorece la inclusión financiera y la extensión de los servicios bancarios, en una perspectiva cada vez más multigeneracional”.
Más información en el número de diciembre de la revista Castilla y León Económica
