Finura de Ibérico, la marca de ibérico fresco del grupo agroalimentario Vall Companys, emplea a más de 300 trabajadores en Castilla y León. La marca gourmet apuesta por una política de producción basada en la calidad y la proximidad en todos los eslabones de la cadena de valor. Por ello, en todo su ciclo productivo, genera empleo para 150 granjeros en diferentes poblaciones de Castilla y León y 165 profesionales dedicados al despiece y al corte en las líneas de producción que tiene en La Bañeza (León).
Aunque desde el grupo se ha priorizado el abastecimiento del mercado nacional debido a la propagación del Covid-19, Finura de Ibérico tiene una gran presencia internacional, debido al aprecio que han mostrado los principales sectores gastronómicos y de la gran distribución en Centro Europa y en países de Asia.
Calidad y trazabilidad
Gracias al sistema de integración vertical del grupo, Finura de Ibérico controla toda la cadena de valor: intermediación, sacrificio, nacimiento y cura de los lechones, genética, elaboración de la alimentación propia, servicios veterinarios propios y distribución.
Integra todos los niveles del proceso en una misma organización empresarial, lo que permite garantizar la máxima calidad, trazabilidad y seguridad alimentaria.
Comercio ‘online’
Debido al cierre del sector hotelero y de restauración que se vivió durante los meses del estado de alarma, Finura de Ibérico dio el salto al comercio online a través del marketplace especializado en carnes premium que puso en marcha la compañía de carnicería artesana Rubiato Paredes.
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