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La Junta invertirá más de 610 millones en su nuevo mapa de infraestructuras agrarias

Este modelo beneficiará a 19.000 explotaciones
Juan Vicente Herrera y Milagros Marcos.
De izquierda a derecha, Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta; y Milagros Marcos, consejera de Agricultura y Ganadería.

Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta, presentó este viernes la planificación de las infraestructuras agrarias de la región hasta 2020 que garantizarán el futuro alcanzando la máxima productividad con los menores costes posibles, que contará con una inversión superior a los 610 millones de euros y beneficiará a 19.000 explotaciones. El objetivo es crear mayor riqueza en el sistema agrario y agroalimentario y mejorar el desarrollo socioeconómico y medioambiental de las zonas rurales.

El regadío y la concentración parcelaria son algunos de los pilares estratégicos del desarrollo rural y del equilibrio territorial. “Este sistema se caracteriza por una planificación ordenada, objetiva, territorializada, transparente y responsable; desde una postura proactiva e incentivadora por parte de la Administración, con indicadores de seguimiento y con un diseño continuo, vivo y participativo de las infraestructuras agrarias de la región. Y se desarrollará, además, de una forma coordinada e interactuando entre las diferentes administraciones, los agentes del sector, los regantes y sus comunidades”, apuntó Herrera, que estuvo acompañado de Milagros Marcos, consejera de Agricultura y Ganadería.

El mapa de infraestructuras mejorará la productividad y la competitividad del sector corrigiendo desequilibrios, especialmente en las zonas más desfavorecidas o con limitaciones; optimizará la rentabilidad de las explotaciones mediante un uso más eficiente de los medios de producción; y diversificará las producciones y mejorará su calidad, con la finalidad de adecuarse a las necesidades de los mercados y aumentando la eficiencia y la vida útil de la maquinaria.

Persigue, además, convertir el sector agrario en un sector atractivo para los jóvenes y mejorar el acceso de la mujer, así como potenciar el desarrollo de la industria agroalimentaria.

Esta planificación ordenada de las infraestructuras agrarias tendrá beneficios ambientales, como la mejora de la eficiencia del uso del agua, el ahorro energético, la reducción de la contaminación difusa de origen agrario en aguas subterráneas y superficiales y del consumo de fósiles y la emisión de gases de efecto invernadero.

Concentración parcelaria

El desarrollo del regadío en Castilla y León será uno de los recursos que más va a condicionar el impulso económico, social y ambiental del medio rural en las próximas décadas. En la actualidad, en la Comunidad se riegan aún por gravedad más de 140.000 hectáreas, lo que supone el 30 % de la superficie regada en la región.

Por ello, este nuevo mapa plantea 3 tipos de actuaciones. Por un lado, las concentraciones parcelarias, “una de las herramientas más eficaces para conseguir la adaptación de la estructura de las explotaciones, al tiempo que permiten la reordenación e identificación de la propiedad del suelo rústico. Resultan imprescindibles cuando van vinculadas a actuaciones de modernización o transformación de nuevos regadíos”.

De esta forma, se optimizan las inversiones a realizar y se permite una eficaz puesta en riego de las nuevas unidades de cultivo con sistemas tecnológicamente avanzados. Se llevarán a cabo procesos de concentración y reconcentración parcelaria en más de 160.000 hectáreas con una inversión de 110 millones de euros, gracias a recursos procedentes de las administraciones autonómica, nacional y europea.

Modernización de regadíos

La segunda acción prevista es la modernización de regadíos, con actuaciones en 40.000 nuevas hectáreas y que contará con una inversión de 294,6 millones de euros, que serán aportados por las administraciones autonómica, nacional y europea, y por la iniciativa privada. La previsión es llevar a cabo actuaciones en las comunidades de regantes del Canal del Páramo y Páramo Bajo en León, o la realización de obras que han quedado pendientes en el periodo actual como Zorita, en Salamanca, y Pollos y Castronuño, en Valladolid.

Asimismo, se abordarán otras actuaciones en otras comunidades, dependiendo de la disposición de los propios regantes, como son el Canal de Villares, en León; Fuentes de Nava y Villalaco, en Palencia; el Carracillo, en Segovia; el Canal de Inés, Eza y Campillo de Buitrago, en Soria; el Canal del Duero, en Valladolid, y el Canal de San José, en Zamora.

Y, por último, los nuevos regadíos. El mapa de infraestructuras agrarias recoge la puesta en riego de 20.000 hectáreas con sistemas eficaces y eficientes en el uso del agua y de la energía, con una inversión de 206 millones de euros por parte de las administraciones autonómica, nacional y europea, así como por la iniciativa privada, que permitirá avanzar definitivamente en la ejecución de las grandes zonas regables como Payuelos o La Armuña.

También hará posible la finalización de otras actuaciones de interés en Castilla y León, como el Aranzuelo, en Burgos; el Valdavia, en Palencia; el Rituerto y Añavieja, en Soria; y el Esla-Carrión, en Valladolid y Palencia, entre otras.

Castilla y León Económica

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