La presencia de los vinos con denominación de origen de Castilla y León en los mercados internacionales es cada vez más pronunciada. Así, en 2017 se dispararon sus exportaciones hasta alcanzar los casi 36 millones de litros que supusieron un negocio de más de 215 millones de euros, con incrementos del 13% y del 18%, respectivamente.
Éstas son algunas de las conclusiones que se desprenden del último Informe Nielsen presentado recientemente por Milagros Marcos, consejera de Agricultura y Ganadería, en el que se cifra el crecimiento de las ventas globales del sector en un 7% respecto al ejercicio anterior al registrar alzas en todos los canales y obtener una facturación conjunta de más de mil millones de euros.
En concreto, las exportaciones fuera de nuestras fronteras estuvieron lideradas por Ribera de Duero y Rueda, que concentraron el 80% con un volumen de más de 28 millones de litros. En cuanto a los tipos de caldos más demandados, el estudio explica que sobresalieron los tintos, con un 66% del total. EE UU, Suiza y Alemania continuaron como los principales destinos de los vinos regionales, aunque destacaron la incorporación de Japón como país de alto potencial y el impulso experimentado en China. También ganaron peso en el ámbito doméstico, donde lograron una representación del 26% que les colocó en la segunda posición de comunidades autónomas al recortar 2 puntos a La Rioja en los dos últimos años.
En los canales tradicionales, la cuota de los vinos de Castilla y León fue del 24,4% en el pasado ejercicio frente al 23,1% que consiguieron en 2015. De esta forma, se mantuvo la tendencia de los últimos años, centrada en un mayor crecimiento en valor que en volumen, con un mejor posicionamiento en precio. De hecho, los caldos con denominación de origen obtuvieron en 2017 un nuevo máximo histórico. Del total de la facturación del mercado vinícola en España, el 27,3% procedió de estos productos de nuestra tierra.
La cuota alcanzada por los vinos con marchamo de la región resultó de un volumen de ventas de 92,8 millones de litros en alimentación y hostelería. Esta cifra se correspondió con un crecimiento del 5,6% en volumen y del 11,5% en valor, siendo este último dato mejor al experimentado por el del conjunto del país (8%).
Por denominaciones
Por su parte, Ribera del Duero y Rueda continuaron en puestos relevantes al situarse en el segundo y tercer lugar, respectivamente, con el 10,9% y el 10,3% de las ventas. Denominaciones de origen como Bierzo, Toro y Cigales mantuvieron sus representaciones con respecto al año anterior, destacando Tierra de León, que recuperó el 0,6% perdido en 2016.
Ribera del Duero ganó protagonismo tanto en alimentación como en hostelería, mientras que Rueda incrementó su participación en la primera de ellas y perdió 0,3 puntos en la segunda. Esta última siguió siendo líder absoluto dentro de los vinos blancos con un 39,5% de volumen de ventas. Por su parte, la Denominación de Origen con sede en Roa (Burgos) conservó la segunda posición en vino tinto con un 15,5% de cuota. En cuanto a los vinos rosados, Cigales y Tierra de León consolidaron el tercer y cuarto puesto con un 8,9% y un 5,4%, respectivamente, por detrás de Navarra y Rioja.
Canales especialistas
En relación con los canales especialistas, el crecimiento alcanzado fue del 8% hasta los 50 millones de litros. El número medio de botellas de vino con denominación de origen compradas a través de venta directa en bodegas, vinotecas, tiendas gourmets y por Internet se elevó ligeramente, pasando de 20,3% a 20,6%, pero continuó siendo la Red el medio por el que se compró más (17,9%). Así, estas líneas comerciales representaron alrededor de un tercio de las ventas en el mercado interior, mientras que en volumen de negocio su peso fue muy superior, ya que supusieron casi el 60% de la facturación.
Más información en el número de agosto de Castilla y León Económica
