La familia Redondo da un paso adelante y apuesta por el futuro, al renombrar su empresa Feyce por una denominación “más internacional y con un enorme vínculo emocional”: Maes Honey. César Redondo, actual director de la compañía, honra y homenajea de este modo a quienes le inculcaron la pasión por el sector apícola, sus abuelos Manuela y Esteban, cuyas 2 primeras letras de sus respectivos nombres dan lugar a la nueva denominación social del negocio.
Este cambio ha sido especialmente meditado porque supone dar un importante giro empresarial; pero fue el deseo por honrar a los precursores del negocio familiar lo que ha prevalecido. “Gracias a la pasión transmitida, César aprendió la importancia de valores tan esenciales como son la tradición y la innovación de un producto milenario a la vez que natural”, señalan en la compañía.
Orígenes
Cuando el actual primer ejecutivo de la empresa era niño, sus abuelos le llevaban a las colmenas, inculcándole así el gusto por la apicultura. Sin embargo, la historia de Maes se comenzó a escribir con sus bisabuelos, siendo en 1910 cuando Cecilio y Marce, un modesto matrimonio asentado en el pequeño pueblo de Valero, en plena sierra salmantina, se enamoran del mundo apícola y deciden adquirir las primeras colmenas.
Esta afición les resulta apasionante y le transmiten este entusiasmo a su hijo pequeño, Esteban, quien quedó huérfano a los 19 años. Este hecho hizo que se centrara en las colmenas, al ser un fuerte lazo que le unía a sus progenitores, aunque no sería hasta su matrimonio con Manuela en 1945 cuando la necesidad hizo que esta dedicación se convirtiera en profesión y oficio principal del matrimonio, buscando usar la miel como moneda de cambio en años de gran escasez, como fue la posguerra.
Afán de superación
Este afán de superación fue transmitido a su hijo Cecilio, que recibía todos los consejos para iniciarse en esta tradicional profesión, no exenta de obstáculos. En 1968 con 20 años, Cecilio sufrió un percance con las abejas: al ir a cargarlas para realizar la trashumancia, recibió las picaduras de cientos de ellas. Tuvo claro que esto no le apartaría de la apicultura, aunque tendría que pensar como estar en contacto con este medio evitando estos riesgos. Fue ahí cuando se lanzó a dar un paso más, iniciándose como comerciante e intermediario entre apicultores y empresas. Cecilio terminó montando su propia envasadora en la década de los 80, poco después del nacimiento de su hijo César, para así enseñarle las 2 vertientes que había unido.
A principios de los 90 Cecilio sufrió un duro golpe debido a la concentración de los supermercados españoles adquiridos por multinacionales extranjeras, lo que junto a su reciente divorcio, le obligó a darle un ultimátum a su hijo César: “tienes un año para relanzar la empresa o se cerrará”.
De esta forma inesperada, en 1995 César tomó las riendas comerciales de la empresa y consiguió abrirse camino en los mercados internacionales, llevando la miel de sus abuelos cada vez por más países.
Así es como Maes Honey recoge el testigo de Feyce, una empresa posicionada como número uno en España y que luchará por conseguir un lugar entre las 10 mayores empresas de miel de Europa. Para conseguirlo, ya se ha comenzado a realizar importantes inversiones que tienen como objetivo ampliar su capacidad productiva basándose en la eficiencia y la innovación tecnológica, “lo cual supondrá a su vez un gran avance y progreso para todo el sector en España”, concluye César.
Más información en el número de marzo de la revista Castilla y León Económica
