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Marcial Castro, ante el reto de exportar más de la mitad de su producción

La cárnica familiar de Guijuelo, de raíces centenarias, celebra las bodas de plata desde su ‘refundación’
Responsables de Marcial Castro.
Clotilde Sánchez, presidenta de Marcial Castro, junto a sus hijos, de izquierda a derecha, Manuel y Javier Castro Sánchez, director general y director técnico, respectivamente.

“Quiero que el consumidor pida un Marcial cuando va a un restaurante o una tienda gourmet, no un lomo o jamón de bellota. Ésa es mi gran aspiración”. Quien así habla es Clotilde Sánchez, presidenta de Marcial Castro, empresa cárnica familiar de Guijuelo (Salamanca) con raíces centenarias y que en este año 2017 cumple 25 años desde su refundación.

Clotilde, actualmente presidenta de la casa, como a ella le gusta referirse a Marcial Castro, es una de las primeras mujeres al frente de una compañía en un sector dominado por el género masculino, si bien su llegada a la presidencia en 2001 estuvo precedida por un trágico acontecimiento: el repentino fallecimiento de su esposo, Marcial Castro, fundador de la empresa en su historia reciente.

Respaldo de clientes y proveedores

Fue un aterrizaje no deseado, tanto el suyo como el de su hijo Manuel, pero que gracias a sus raíces y al haber vivido siempre de cerca este negocio, les permitió en muy poco tiempo superar este momento crítico. Clotilde reconoce que, sin embargo, salieron adelante “también gracias al respaldo de clientes y proveedores”.

El destino aceleró la llegada de Manuel, que actualmente es el director general, y del pequeño de la familia, Javier, que es el director técnico y responsable de todo el trabajo en el campo, el verdadero secreto de la casa.

Los responsables de Marcial Castro, que sacrifica en torno a 20.000 cerdos al año y en 2016 facturó 7,5 millones de euros, tienen los ojos puestos fuera de nuestras fronteras. Manuel tiene claro que el futuro y el crecimiento de la compañía pasa por los mercados exteriores. Aunque con la construcción de la nueva fábrica disponen de homologación para exportar desde hace más de 2 décadas, no es hasta 2013 cuando la compañía establece una hoja de ruta, con la creación de un plan estratégico para la internacionalización.

En la actualidad, exporta el 20% de su producción a casi una veintena de países de Europa, Asia y América, si bien el director general tiene ante si el enorme reto de situar ese porcentaje de ventas por encima del 50%.

En Marcial Castro aseguran tener una cualidad que no siempre está presente en el sector: la paciencia. “No tenemos prisa por sacar los jamones de nuestras instalaciones”, apunta la presidenta, quien relata como en más de una ocasión han tenido que decir que no a un cliente que les pide un producto, al considerar que no está en su momento óptimo para el consumo. “No es el mercado el que nos marca los tiempos, sino el animal y el producto”, apunta Clotilde.

Pasión

Manuel añade que junto a la profesionalidad, formación y experiencia, “la pasión, esmero y dedicación en nuestro trabajo, es nuestra seña de identidad”. Por eso lo llaman al aire Marcial, que también es su eslogan. Quizá eso del aire Marcial se entiende mejor cuando Manuel, con los ojos brillantes y una sonrisa en los labios afirma: “nos dedicamos a crear momentos de disfrute ibérico. Ya no sólo se trata de elaborar productos excelentes, sino del momento de compartirlos”.

Más información en el número de septiembre de la revista Castilla y León Económica

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