Miguel Rabaneda, presentador, actor e integrante del equipo de la consultora Desarrollo de Personas del coach Félix Alberto Sanz, señaló este lunes que escuchar es la base de la comunicación en el seminario Comunicando mejor con técnicas de improvisación teatral, organizado por Dircom Castilla y León.
Entre los objetivos que destacó este licenciado en Comunicación Audiovisual sobresale trabajar la escucha como cimiento de la comunicación. Así, los participantes pudieron practicar la postura corporal de escucha y receptividad. “Nos gusta ser escuchados, hay que hacerlo saber, pues tan importante es escuchar como mostrar que escuchamos”, afirmó.
‘Slow’
Rabaneda subrayó también la importancia de la relajación en la puesta en escena, del slow (movimiento lento): “al final todo el mundo tiene prisa. Nosotros, los comunicadores, no, hay que respirar y pararse”.
Los socios de Dircom Castilla y León volvieron a compartir, en esta segunda parte del taller, ejercicios prácticos basados fundamentalmente en la improvisación, tras los que se pusieron en común experiencias con el fin de mejorar la comunicación.
Actuaciones
En la jornada, los participantes también trabajaron sobre un texto libre de 20 segundos, que memorizaron previamente y que luego pudieron exponer en diferentes actuaciones. Con éste y otros ejercicios y juegos se trataba de mantener el discurso, transmitir tranquilidad y ser equipo, siendo coherente en la forma.
El actor resaltó además durante el seminario el “sí y además” en el trabajo de colaboración grupal. “Tendemos a rechazar ideas ajenas, sin pensar. El sí y además nos obliga a estar abiertos al otro, a volcarnos en sumar y olvidarnos del instintivo rechazo de las ideas de otro”, apuntó Rabaneda.
Pausa
Asimismo, los participantes tuvieron la oportunidad de entrenarse en la improvisación a través de exposiciones individuales y corales en las que se practicó el control sobre el escenario, la importancia de la pausa y de los gestos para reforzar el discurso y la necesidad de centrarse en una idea sencilla y clara a la hora de exponerla.
Divididos en grupos y con diferentes puestas en escena, Rabaneda enseñó a controlar y disfrutar de la palabra, el silencio, la pausa y el gesto. Durante estas 2 jornadas que duró el seminario, consiguió que en el grupo se cultivara la creatividad, el humor y la empatía y trató de que se expusiera, sobre todo, un discurso interesante que agradara al público.
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