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Rafael Sánchez Olea sitúa a Cobadu como la mayor empresa de Zamora y una de las 20 primeras de Castilla y León tras casi 40 años como director general

Dirige una cooperativa de primer grado con 10.700 familias de agricultores y ganaderos, un equipo de más de 270 empleados y una facturación de 348 millones de euros en 2020
Rafael Sánchez Olea, Cobadu, Urcacyl cooperativas, agroalimentación.
Rafael Sánchez Olea es director general de Cobadu desde hace 4 décadas.

Desde 1982 hasta hoy, Rafael Sánchez Olea es el director general de Cobadu, una cooperativa de primer grado con 10.700 familias de agricultores y ganaderos, un equipo de más de 270 empleados y una implantación social y territorial con cientos de puestos indirectos con integradores, transportistas y otros colaboradores en Castilla y León y regiones limítrofes. Con una facturación de 348 millones de euros en 2020, este ejecutivo ha situado a la cooperativa como la mayor empresa de Zamora por volumen de negocio y entre las 20 primeras de Castilla y León.

De familia agrícola y ganadera, Sánchez Olea, nacido en Valladolid, es veterinario de formación, ha desarrollado toda su vida profesional en Zamora y fue funcionario en el Cuerpo de Veterinarios de la Junta de Castilla y León desde 1977 hasta 1990. Además, es uno de los principales impulsores del sector al ser fundador y primer presidente de la Unión Regional de Cooperativas Agrarias de Castilla y León (Urcacyl)

Hechos fortuitos 

En su opinión, “la trayectoria de las personas, en muchas ocasiones, la marcan hechos fortuitos e inesperados”. Por eso, recuerda que en 1981 “siendo veterinario oficial de la Junta de Castilla y León, leyendo la prensa una mañana, vi un anuncio en el que buscaban un perfil veterinario o agrónomo para situarse al frente de la gestión de Cobadu, me presenté y me seleccionaron para su puesta en marcha. Por ese motivo empecé trabajando en la cooperativa, creo que el destino y las circunstancias me llevaron allí”.  

Sánchez Olea no partía de cero en su experiencia empresarial ya que sus padres tenían una empresa de ámbito familiar. De hecho, resalta que su madre, ganadera y agricultora, “fue la persona que más me marcó en mi infancia y juventud, y me imprimió sus valores y forma de trabajar. Desde que empecé este camino, me han guiado el compromiso y la honradez, y de este modo he contado con la confianza del Consejo Rector, los socios y empleados de Cobadu. Tanto la cooperativa como yo nos hemos ido desarrollando según las necesidades de nuestros socios, aglutinando y liderando una masa muy importante de agricultores y ganaderos”

Sentido común y sensibilidad 

De su exitoso modelo de gestión, destaca “el sentido común y la sensibilidad ante las necesidades de los socios que, tanto desde la parte representativa como desde la ejecutiva de la cooperativa, hemos intentado corresponder. Su satisfacción siempre ha sido una prioridad para nosotros, esto nos ha llevado a diversificar la cooperativa, tanto en la parte ganadera como en la agrícola, consiguiendo contar con la confianza de miles de familias. Y todo esto, en definitiva, ha marcado nuestro modelo de gestión. Así hemos podido crecer y conseguir llevar a cabo el proyecto de Cobadu, apoyado en la dedicación, el compromiso e implicación de sus 2 principales activos: los socios y los empleados”.

Rememora que cuando empezó en el mundo del cooperativismo en Zamora, “el sustrato fundamental del campo eran ganaderos y agricultores pequeños y medianos. Hoy, las explotaciones tienen una mayor dimensión y, por lo tanto, tienen otras necesidades tanto en productos como en servicios. También estos nuevos agricultores y ganaderos requieren más información en cada momento, una inmediatez acrecentada por la aparición de las redes sociales”. Por lo tanto, el reto de la cooperativa “es seguir evolucionando y adaptándonos a la situación socioeconómica que atravesamos, que no es nada fácil, en busca del máximo beneficio para nuestros socios y sus familias”.

Rentabilidad adecuada

En una región donde el sector primario tiene tanta importancia para la economía y con una fuerte presencia del mundo rural, considera necesario para dinamizar estas zonas “que exista una rentabilidad adecuada, acorde con la inversión y el esfuerzo realizado. Si no existe esto, es imposible que se pongan en marcha negocios en el medio rural, no sólo del sector primario, sino de cualquier actividad económica. Tenemos que conseguir que se generen las condiciones idóneas para que dejen de desaparecer personas y actividades económicas en el medio rural, con más infraestructuras y una discriminación fiscal positiva. De ese modo sería posible la puesta en marcha de explotaciones, tanto agrícolas como ganaderas, bien dimensionadas, profesionalizadas y en continua evolución. El campo necesita precios justos y que se cumpla la Ley de la Cadena de Valor”

Adaptación

A sus colegas directivos tanto de empresas como de cooperativas les recomienda “estar muy pendientes del entorno en el que se sitúa nuestro negocio, que es totalmente cambiante, y así poder adaptarnos a los nuevos tiempos, nuevas tecnologías y a los efectos de la globalización. La globalización ha venido para quedarse, pero necesita ciertos mecanismos de regulación, ya que no todas las zonas geográficas tienen las mismas condiciones productivas, legislativas o económicas. Esto debe equilibrarse para estar en igualdad de condiciones ante la competencia”

Como es lógico, en sus 40 años de experiencia ha pasado por situaciones muy complicadas: “los primeros años fueron muy duros porque partimos de una pésima situación económica. Una vez superado este escollo, otros momentos complejos han sido las negociaciones para la integración de diferentes cooperativas”.

Afición 

Con Cobadu vio de alguna  forma cumplido su sueño de infancia pues “desde muy pequeño tuve siempre mucha afición y vocación por la ganadería que había visto siempre en mi casa, y fue mi madre quién canalizó esta afición inicial hacia un interés muy fuerte por lo que acabó convirtiéndose en mi trabajo: la veterinaria”

Tanto le gusta este mundo que afirma que dedica “mucho tiempo a mi entorno agrícola, ganadero y cooperativista, que tengo la suerte que además de ser mi trabajo, son aficiones que alterno con mi familia, viajes y reuniones con amigos. Además, soy amante de la lectura, me gusta estar al día de la actualidad que me rodea y, siempre que puedo, practico deporte”.

Más información en el número de mayo de la revista Castilla y León Económica

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