Lo mejor del Miyama Flor Baja es la calidad del sashimi, cortes de pescado fresco con abundante variedad y bien presentados, acompañados de excelentes wasabi y jengibre.
Los niguiris también resultan correctos, pero yerran en los maquis y más cuando les quieren dar un toque de creatividad que podrían ahorrárselo al carecer de destreza en estas lides. Para obtener este plus de calidad es preferible acudir al Miyama ubicado en el Paseo de la Castellana y, cómo no, en el Kabuki.
La decoración es minimalista, imitando las tabernas japonesas, y el servicio es amable. Tiene una interesante carta de vinos. Su ubicación próxima a la Gran Vía madrileña y a la plaza de Callao es otro aliciente.