Su situación en la zona más chic de Bogotá (Colombia), llamado el Barrio Rosa por su cercanía a la zona T, repleta de restaurantes, cafés, locales de música y tiendas, es uno de los principales atractivos de este establecimiento urbano. No en vano, en una ciudad de 8,5 millones de habitantes sin apenas rascacielos, lo que la obliga a un urbanismo muy extenso, la ubicación es clave para hacer más agradable la estancia, aunque la forma de moverse -carecen de Metro- con taxis muy baratos resulta cómoda.
El otro aliciente, sin duda, es su estilo de hotel boutique, con un servicio exclusivo propio de un hospedaje pequeño y con encanto. Con categoría de 5 estrellas, cuenta con gimnasio abierto 24 horas y servicio de masajes, que se pueden contratar con apenas un par de horas de antelación. Las habitaciones son espaciosas y decoradas en tonos obscuros con mobiliario de calidad. Las que están orientadas a un patio resultan poco luminosas. Los baños, de mármol, ofrecen amenities de Hermés. El desayuno bufé, que se sirve bajo una claraboya en un comedor coqueto y elegante, es de gran calidad y sobresalen los zumos tropicales -no en vano Colombia es el país de los jugos- y la fruta tropical. También destaca su fina repostería artesanal. Fiambre, salmón ahumado y variedad de panes completan la oferta.
Los platos calientes se preparan en el momento, desde tortillas hasta crepes y plum cake. El hotel cuenta también con uno de los restaurantes más prestigiosos de Bogotá de cocina internacional de fusión llamado Basilic. El servicio es profesional y muy atento.