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La brecha de género se intensifica en el mundo rural

Un estudio elaborado por CaixaBank refleja mayor precariedad laboral, infrarrepresentación en la toma de decisiones y peor conciliación
Presentación del estudio de la brecha de género en el mundo rural
De izquierda a derecha, Jesús López, director AgroBank en Castilla y León; Anna Quirós, directora de Cultura y Desarrollo Directivo de CaixaBank; María Victoria Moreno, directora general de la Mujer de la Junta; Belén Martín, directora territorial de CaixaBank en Castilla y León; Sergio Gutiérrez, director de AgroBank; y Verónica López, consultora de Economía Aplicada de Afi.

Las mujeres en el medio rural se enfrentan a una doble desigualdad, la asociada a su entorno de residencia en términos de oportunidades laborales, acceso a servicios y conectividad física y digital, y la provocada por el hecho de ser mujer. Así, las barreras que genera la primera se ven magnificadas cuando interactúan con la variable género, en particular en 3 aspectos, como son: mayor precariedad en el empleo, infrarrepresentación en la toma de decisiones en el ámbito rural y mayor desequilibrio en la conciliación, según el último informe del clúster ClosinGap, que ha sido elaborado por CaixaBank en colaboración con Analistas Financieros Internacionales (Afi)

Como consecuencia, su participación y contribución plena a la generación de las rentas del trabajo se ve limitada, lastrando el desarrollo económico y el bienestar de las personas tanto en el entorno rural como en el conjunto de la sociedad.

El estudio apunta que el coste de oportunidad de la brecha de género en el medio rural asciende, como mínimo, a 38.500 millones de euros, es decir, el equivalente al 3,1% del PIB de 2019.

El informe ha sido presentado en un acto que ha tenido lugar en la Casa del Cordón (Burgos) y en el que han participado Belén Martín directora territorial de CaixaBank en Castilla y León; Anna Quirós, directora de Cultura y Desarrollo Directivo de CaixaBank; Sergio Gutiérrez, director de AgroBank; Verónica López Sabater, consultora de Economía Aplicada de Afi; y María Victoria Moreno Saugar, directora general de la Mujer de la Junta.

La directora territorial de CaixaBank en Castilla y León ha señalado que la población rural en España “ha disminuido en 4,3 puntos porcentuales en las últimas décadas, desde el 42,7% en 1998 al 38,4% en 2020” y que “la incidencia de municipios en riesgo de despoblación en España sigue siendo muy elevada en el contexto europeo, situándose por encima de la del conjunto de la eurozona. Si lográsemos revertir o frenar la despoblación, el efecto económico en el mundo rural sería muy importante. Con este estudio queremos contribuir al debate social sobre este tema desde la perspectiva del impacto de las desigualdades entre hombres y mujeres. El informe nos ayuda a dimensionar una situación especialmente difícil para la mujer en un medio masculinizado y donde existe un envejecimiento más prevalente para ella y, como consecuencia, una mayor tasa de dependencia”.

Menor crecimiento poblacional

Según el estudio Coste de oportunidad de la brecha de género en el medio rural, la pérdida de peso de la población rural en los últimos años en España se debe, en gran parte, al menor crecimiento de la población femenina rural que, entre 1998-2020 creció a una tasa anual compuesta de 0,27% frente al 0,34% de los hombres rurales, lo que se ve reflejado en una mayor masculinización. A esto contribuye la menor tasa de permanencia femenina en el mundo rural.

En este contexto, el envejecimiento de la población femenina en el ámbito rural es más intenso: si en zonas urbanas las mujeres de 65 años o más representan el 21,3%, el porcentaje aumenta hasta el 22,1% en el medio rural (frente al 18,2% de los hombres rurales). Este mayor envejecimiento de la mujer en el entorno rural impacta en una mayor tasa de dependencia, es decir, la carga soportada por la población en edad de trabajar para mantener a las personas mayores de 64 años. Así, por cada mujer en edad de trabajar en entornos rurales hay 0,35 mujeres mayores, mientras que en el caso de los hombres rurales esta cifra baja hasta 0,28.

La precariedad laboral de la mujer

Ante esta realidad demográfica, el estudio profundiza en qué medida la masculinización, el envejecimiento y el éxodo rural inciden en las brechas de género en el empleo, la toma de decisiones y la conciliación en el mundo rural.

La primera conclusión, tras analizar las condiciones laborales de las personas ocupadas, es que la situación de precariedad se acentúa en el medio rural cuando se mide con perspectiva de género, siendo la temporalidad (entendida como duración del contrato) y la parcialidad (jornada laboral completa o parcial) de los contratos mayor para las mujeres que para los hombres.

Castilla y León Económica

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