Carole Tonello, vicepresidenta de Negocio de Hiperbaric y experta internacional en altas presiones, recibió el premio a la mejor patente femenina otorgado por la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) del Ministerio de Industria y Turismo. Este galardón premia a Tonello por la patente titulada Contenedor para procesado por alta presión a alta temperatura y reconoce la contribución de Hiperbaric a la industria alimentaria, cosmética y farmacéutica al permitir una mayor seguridad, eficiencia y sostenibilidad sin necesidad de grandes inversiones adicionales.
“Recibir este galardón ha sido un honor para mí por el gran número de candidaturas presentadas y la relevancia del premio, que se ha consolidado como un referente del apoyo del Gobierno a la innovación y a su protección mediante derechos de propiedad industrial. Se trata de un reconociendo extensible a toda la compañía, que tiene una firme apuesta por la innovación industrial”, explicó Tonello. La patente de Hiperbaric ha sido premiada entre más de 130 candidaturas por un jurado integrado por personas expertas en el campo de la propiedad industrial.
Hiperbaric destina el 5% de la cifra de su negocio anual a proyectos de I+D, lo que supone la inversión de entre 2 y 3 millones de euros y la colaboración con instituciones y centros tecnológicos de todo el país. Hoy en día, la empresa burgalesa involucra en actividades de innovación al 20% de su plantilla y ha desarrollado en sus 25 años de historia más de 30 proyectos de I+D+i con una decena de patentes.
Revolución para la industria
La invención central de esta candidatura es un contenedor para procesado por alta presión a temperaturas moderadas. Este dispositivo rompe con los paradigmas tradicionales de la tecnología HPP (High Pressure Processing), que generalmente opera a bajas temperaturas. El nuevo contenedor permite combinar la presión con temperaturas moderadas (hasta 60°C) sin necesidad de modificar las máquinas HPP estándar ni de calentar las vasijas con las que operan.
La clave de esta innovación reside en su diseño. Un cuerpo cilíndrico con pequeñas aberturas estratégicamente distribuidas longitudinalmente a lo largo de su pared lateral, y piezas internas que actúan como contrapesos, cubiertas por láminas de material con propiedades de alto calentamiento adiabático bajo compresión. Esta configuración minimiza la pérdida de calor y asegura una distribución homogénea de la temperatura dentro del contenedor. El resultado es una mayor seguridad alimentaria, con una inactivación microbiológica efectiva sin comprometer las propiedades sensoriales y nutricionales de los productos.
La patente ya está explotada comercialmente con la instalación del primer contenedor en una empresa australiana. La innovación también ha despertado gran interés comercial en EE UU, donde la compañía española tiene su principal mercado.
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