Ya desde hace tiempo necesitamos, en las organizaciones y en la sociedad, personas que sean capaces de generar energías positivas, aglutinar esfuerzos, gestionar los innumerables cambios a los que estamos expuestos, sacar lo mejor de sí mismos y de los demás y lograr que quienes les rodean se comprometan con la causa común, independientemente del contexto, para conseguir los objetivos y resultados deseados.
A todo esto (y muchas cosas más) se le viene a llamar liderazgo. Una de las corrientes que con más fuerza viene es la del engaging leader, un juego de palabras que nos vendría a aunar el atractivo de quién lidera para que los demás quieran estar con esa persona, con el compromiso que su figura tiene con los demás y genera a su alrededor hacia el contexto que lidera.
Si hiciéramos un decálogo de las conductas más visibles de ese estilo de liderazgo, podría ser el siguientes:
1. Construye relaciones: Son personas que enfocan mucho esfuerzo en construir relaciones positivas en el equipo.
2. Invierten tiempo en conocer bien y comprender a cada miembro del equipo: El líder comprometido desarrolla una amplia comprensión de los impulsores, motivaciones y ambiciones de cada persona y de cómo las emociones juegan con cada una.
3. Suele dar a cada persona la recompensa que esa persona más valora: Entiende que cada miembro del equipo tiene una percepción diferente de la ‘recompensa’ de cada proyecto, tarea y trabajo en sí mismo. El siguiente paso es dar a cada individuo lo que más valora.
4. Deja claro qué quiere, cómo lo quiere y cómo será medido: Una persona motivada va a querer hacer bien sus tareas y lograr sus objetivos. Un buen líder sabe que un colaborador necesita una imagen clara de la meta a alcanzar y cómo será medida.
5. Genera confianza: La confianza es la piedra angular de una relación exitosa, pues una persona que siente la confianza de su líder va a dar un extra en los peores momentos.
6. Trasmite optimismo: Los grandes líderes son personas que superan adversidades y se centran en lo que depende de ellos mismos.
7. Insuflan energía: Esa mezcla de confianza y optimismo se convierte en una fuente inagotable de energía a su alrededor.
8. Involucra y reta: Entienden que la motivación se puede mantener a través de la participación constante de los miembros del equipo y alientan a desafiar positivamente cómo se realiza el trabajo y buscar mejoras.
9. Da feedback de continuo: Los comentarios regulares, descriptivos y basados en hechos son un componente clave para mantener a los miembros del equipo motivados y con ganas de mejorar.
10. Y por último y más importante, se conocen muy bien a sí mismos: Saben cómo son, de qué descarrilan para evitarlo, cuáles son sus impulsores y cómo sus conductas afectan, irremediablemente, a los demás.
Y si todo esto ya era de vital importancia desde hace años, desde Marzo de 2020 ya se hace imprescindible tener dentro de nuestras organizaciones a personas que sean capaces de tirar del carro de los demás y logren con ello que todos los demás quieran tirar, con todas sus fuerzas, de dicho carro.
Sí, necesitamos de personas que lideren desde el compromiso para sacar el compromiso de los demás.
Fantástico artículo!!
Gracias Miguel! Un abrazo
Buen articulo, claro ycncreto
Gracias Jesús