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Grancampo integra Alhándiga para obtener un control total sobre su producción de cárnicos

La empresa salmantina especializada en vacuno de raza saler y cerdo ibérico inicia a corto plazo sus exportaciones en Europa
Vacuno de raza saler.
Vacuno de raza saler de Grancampo.

“La incorporación de Ibéricos Alhándiga supone un gran impulso para Grancampo, dada la calidad de sus madres 100% ibéricas y por su capacidad de aportar un saber hacer completo en este ámbito, ya que tiene un control total sobre la cadena de producción, desde el nacimiento de los cerdos, hasta el proceso de engorde, despiece y elaboración de los productos cárnicos con métodos tradicionales y la distribución al mercado directamente desde su fábrica”, explica David Sevillano, gerente del Grupo Grancampo.

Esta compañía, que prevé alcanzar unas ventas de 18 millones en 2022 tras la integración de Alhándiga, nació en 2006 fruto del trabajo de un grupo de productores que decidieron canalizar bajo una misma marca su objetivo de lograr la excelencia en la cría de ganado vacuno de raza saler y de cerdo ibérico.

Trazabilidad

El gerente de Grancampo comenta que la principal característica de la raza saler es su excelente capacidad reproductora.

“En nuestro caso, realizamos los cruces con toros de la raza charolés para gestar terneros con un alto rendimiento cárnico”, explica Sevillano, quien también subraya que el 60% de la calidad de las carnes de cerdo ibérico se debe a la alimentación de los animales. Por ello, Grancampo desarrolla un minucioso control de este proceso y elabora los piensos en sus propias fábricas, ubicadas en las explotaciones, a base de cereales, sin ningún tipo de subproducto. La compañía posee más de 5.000 cabezas de bovino de raza saler y 600 madres reproductoras 100% ibéricas.

Tanto las reses como el porcino se crían en las fincas de más de 4.000 hectáreas ubicadas en Salamanca, Zamora y Ciudad Real, a las que se suman las instalaciones de Ibéricos Alhándiga en la localidad salmantina de Fresno Alhándiga, “cerca de Guijuelo, en la falda de la Sierra de Béjar, un lugar estratégico para la maduración de los jamones, paletas y embutidos ibéricos”, puntualiza Sevillano, quien avanza que la empresa proyecta ampliar los secaderos naturales de esta planta con el objetivo de seguir creciendo y llegar a nuevos mercados.

“Nos dirigimos principalmente a la tienda tradicional de productos de calidad y tenemos capacidad de distribución para toda España. En cuanto a las exportaciones, trabajamos para iniciar las ventas en toda Europa a corto plazo”, concluye el gerentes de Grancampo.

Más información en el número de diciembre de Castilla y León Económica

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