Recientemente Hiperbaric ha inaugurado una ampliación en sus instalaciones, ubicadas en Burgos. Los 4 millones de euros que la empresa he invertido en esta nueva ampliación son un claro de la apuesta de la empresa por el futuro. Además, ha presentado una nueva tecnología que ha supuesto otros 4 millones de euros de inversión en I+D. En esta ocasión, Hiperbaric ha lanzado una nueva línea de negocio de máquinas para el posprocesado de piezas metálicas de impresión 3D. Con esta técnica, Hiperbaric se sitúa al frente de una tecnología punta que ya utiliza el sector aeronáutico o el de la automoción.
Este hito coincide con el 20 aniversario de la compañía. El acto fue espectacular, por todo lo alto. La ocasión lo merecía. Más de 600 personas pudimos visitar la fábrica y disfrutar de una espléndida charla motivadora de Toni Nadal. Lo que más me llamó la atención fue la representación internacional que había. Personas de más de 15 nacionalidades, hecho que prueba la intensa relación de Hiperbaric con un proceso profundo de internacionalización desde sus orígenes.
Hace 19 meses, Andrés Hernando y unos cuantos ‘locos’ más invertían en la propiedad de Hiperbaric, evitando así su deslocalización de nuestra región, al menos en términos de propiedad. Desde entonces, la empresa ha conseguido reducir en un 60% su deuda y centrarse en su apuesta tecnológica para el desarrollo de su principal actividad: el diseño y montaje de equipos para el procesado por altas presiones de alimentos y bebidas.
De otro planeta
Las máquinas de Hiperbaric son de otro planeta; recuerdan a aquel mundo fantástico que dibujaba Julio Verne. Máquinas más propias del futuro que del presente, pero que cuando las ves, compruebas que son del presente. La grandeza de las máquinas, en tamaño y alma, esconden una magia que sólo aquellos que las fabrican son capaces de entender. Magia, sí, porque uno ve cómo entran los productos y cómo salen convertido en otra cosa, sin saber cómo ni por qué. Algo sucede allí dentro que produce el cambio, la magia. Y todo ello aplicado a que las empresas clientes y el consumidor final sean más felices con unos productos alimentarios que aguantan más, tienen un mejor aspecto y mantienen sus propiedades intactas.
Castilla y León tiene la suerte de poder contar con empresas de la talla de Hiperbaric, y algunos nos sentimos en la obligación de contarlo alto y claro. Porque ésta es una tierra de emprendedores, que lo único que necesitan es que el entorno les facilite su trabajo. El resto ya se encargan ellos con sus equipos. Enhorabuena Hiperbaric, ejemplo de empresa familiar comprometida, sólida, atrevida e “insensata”, tal y como afirma su CEO Andrés Hernando. ¡Larga vida a la insensatez!.