Artevino es el grupo bodeguero propietario de Finca Villacreces, la firma de Ribera del Duero donde se elabora Pruno, el tinto que, año tras año desde hace ya casi un lustro, es designado por Robert Parker como el mejor vino del mundo por debajo de 20 dólares, con una relación calidad-precio imbatible. La repercusión es tal que en la bodega se han visto obligados a establecer cupos semanales, porque “de lo contrario en 2 meses nos quedaríamos sin vino”, aseguran sus responsables. Y a pesar de eso, son ya más de 5 años los que llevan sin tocar el precio a sus referencias.
Lalo Antón, director general del Grupo Artevino, lo explica así: “la estrategia está definida, pero la fama ayuda a acelerarla, a tomar decisiones antes de tiempo y a no ser tan prudentes. Pero no perdemos el norte. Una marca tarda muchos años en forjarse y este reconocimiento nos está ayudando a consolidarla. Cada vino tiene su momento, y éste es el momento de Pruno. No subimos el precio porque el posicionamiento de estar en tienda con un precio en el entorno de 10 u 11 euros y en restaurante por menos de 20 euros, es clave. Somos especialistas en ese nicho de mercado y nos preocupa mantenernos ahí y seguir jugando en esa liga. Si la relación calidad-precio de este vino es considerada excepcional por la crítica especializada, mejor no mover ninguna de las variables”, resume el empresario.
No en vano, tampoco han perdido la cabeza con los volúmenes. Finca Villacreces se abastece únicamente de los 64 hectáreas de viñedo propio que circunda la bodega, de ahí que el aumento en la producción sea sostenido “controlando el viñedo y nuestra forma de trabajarlo”, precisa Antón. Lejos de hacer sombra a otros vinos de la bodega, Pruno ejerce como gancho e impulso para otras marcas de la firma, ya que “mucha gente viene a visitarnos para conocer qué hay detrás de Pruno y se va con una grata sorpresa de lo que somos. Por ejemplo, en el ámbito del enoturismo, una fuerte apuesta que hemos hecho en Ribera del Duero y que está en fase de expansión con el desarrollo de lo que llamamos Experiencias”, matiza el director general de Artevino.
Espíritu inversor
Otro aspecto importante en la gestión del éxito de Pruno es ser “democráticos en el reparto -en referencia a los cupos- tener memoria, saber de dónde vienes y quién te ha apoyado y mantener el mismo espíritu inversor. Al final hay que intentar abstraerse y seguir trabajando como si estas cosas no pasaran”, puntualiza Antón.
Por otra parte, el empresario deja entrever que una cosa es el reconocimiento y los galardones y otra la rentabilidad del negocio. “En ocasiones en este mundo ocurre lo mismo que con los restaurantes distinguidos con estrellas Michelin. A veces éstos son menos rentables que otros que no tienen ningún galardón”.
Artevino elabora casi 1 millón de botellas en sus bodegas de Ribera del Duero, donde además de Pruno comercializa Villacreces y Nebro; Toro, con su bodega Vetus, donde también cuenta con 3 marcas: Flor de Vetus, Vetus y Celsus; y Flor de Vetus Rueda, que ya ha elaborado 4 añadas de su vino verdejo. Nuestra región concentra aproximadamente el 50% de la producción total del grupo, que posee 2 bodegas más en Rioja: Izadi y Orben. En la actualidad, el plan estratégico del grupo pasa por crecer en la gama de blancos y para ello sondean implantarse en otros territorios. El propósito es equilibrar la proporción de sus vinos en el mercado, que es de un 90% tintos y un 10% blancos.
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