El número de parados inscritos en las oficinas de Empleo de Castilla y León subió en 8.921 personas en marzo, con lo que la cifra de desempleados en la región vuelve a superar la barrera de los 150.000 y se sitúa, en concreto, en 152.644, según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía. En términos relativos, en Castilla y León el comportamiento del paro en marzo subió un 6,21% respecto a febrero, cuando el pasado año bajó un 1,52% (2.298 parados menos en términos absolutos hasta 148.767 entonces). Por su parte, en el resto de España el paro subió un 9,31%, con lo que la cifra de parados en el conjunto del país subió en 302.265 hasta situarse en un total de 3,54 millones.
En comparación con marzo de 2019, el paro registrado en Castilla y León subió un 2,61% (3.877 desempleados más), peor dato que el pasado año (-7,05%, 11.280 parados menos) mientras que en España subió un 9,01%, el equivalente a 293.228 parados menos.
Repunte por el Coronavirus
En España, el número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo se disparó en 302.365 desempleados en marzo (+9,3%), su mayor repunte en cualquier mes de toda la serie histórica, debido a la crisis originada por el coronavirus.
El volumen total de parados alcanzó así al finalizar marzo la cifra de 3.548.312 desempleados, la más alta del registro desde abril de 2017. Trabajo ha señalado que el Covid-19 ha cambiado la tendencia de la evolución del paro con la que se había iniciado marzo, ya que en los 12 primeros días del mes el paro sólo subía en 2.857 personas.
El dato de paro de marzo no incluye a los trabajadores que se encuentran en suspensión de empleo o reducción horaria como consecuencia de un ERTE, ya que la definición de paro registrado no los contabiliza como desempleados.
Cecale
Para Cecale, “los pésimos datos del paro ponen de manifiesto cómo la actual emergencia sanitaria que vivimos con ocasión de la pandemia del COVID-19 ha trascendido significativamente, no sólo a la salud de muchas personas, sino también a la economía y al mercado laboral, afectando gravemente a todos los sectores de actividad y a provincias, y dejando a la comunidad autónoma en una situación crítica”.
Ante esta situación, Cecale entiende que, aunque lo fundamental es hacer frente a la emergencia sanitaria, es muy importante empezar a reflexionar en el futuro con esfuerzos compartidos, ya que junto a la protección de la salud, el objetivo fundamental es paliar lo máximo posible el impacto económico, preservando el tejido productivo.
En ese sentido, hace referencia a la movilización del sector privado en innumerables iniciativas orientadas todas ellas a que la actual situación sanitaria se supere lo antes posible y al Plan de Choque con medidas laborales, económicas y sociales aprobado en la región en el seno del Diálogo Social.
De igual forma, la patronal de Castilla y Léon subraya que la crisis de emergencia sanitaria que vivimos “tiene y, desafortunadamente, tendrá, consecuencias en la actividad económica de la región”. Por ello, reclama una mayor coordinación y nuevas acciones fiscales y crediticias, que busquen apoyar a los trabajadores y, especialmente, a las empresas de la comunidad autónoma, como generadoras de empleo, para que, una superada esta situación, la actividad económica se recupere de forma ágil y continuada.
A su juicio, es necesario “tomar medidas excepcionales en situaciones excepcionales”, para lo que considera imprescindible contar con empresas y trabajadores a la hora de elaborarlas, “pues las cifras de los próximos meses serán dramáticas, ya que existen más 27.000 ERTEs de fuerza mayor en la región de empresas obligadas a la paralización de su actividad, y casi 152.000 trabajadores afectados, aunque la cifra irá en aumento, lo que hace pensar ya en acciones de futuro inmediatas para solventar esta situación”.
Los empresarios de Castilla y León consideran que otras medidas que se han adoptado hasta la fecha, como la limitación empresarial a la extinción de contratos o el denominado permiso retribuido recuperable, “no únicamente se justifican en un prejuicio irracional hacia el sector empresarial, sino que desconocen la realidad de nuestras empresas y, lo que es más grave, nos conducen a una destrucción irreparable del tejido empresarial y, con él, a una destrucción de empleo”.
Castilla y León Económica/ Europa Press