La compañía cervecera Mahou-San Miguel destinó más de 1,3 millones de euros a su centro de producción de Burgos en 2014, lo que supone, a juicio de la empresa, la reafirmación de su “compromiso” con Castilla y León.
El objetivo de este esfuerzo inversor fue dotar a sus instalaciones de las tecnologías “más innovadoras y respetuosas con el entorno para ganar no sólo en eficiencia y operatividad”, sino también “en flexibilidad”, a fin de satisfacer las exigencias del mercado y “garantizar el mejor servicio al cliente”.
Así, en la última década la compañía ha destinado cerca de 36 millones de euros a esta planta, que lleva en funcionamiento desde 1970 y tiene una superficie de 68.000 metros cuadrados, con una capacidad de 2,1 millones de hectolitros al año.
Compromiso medioambiental
César Rodríguez, director de la planta, ha subrayado que se sitúa “a la vanguardia del sector en innovación y compromiso medioambiental y confirma la visión de largo plazo y firme compromiso” de generar valor y riqueza para el entorno.
Según las mismas fuentes, en 2014, en el centro de producción de Burgos se han realizado 24 proyectos de inversión enfocados, principalmente, a la mejora del proceso productivo y a contar con instalaciones “más modernas, seguras, operativas y eficientes”.
Por otro lado, ha reducido un 2,8% su consumo de agua, un 1,4% el de energía y un 1,7% sus emisiones, al tiempo que ha mantenido la tasa de revalorización de residuos en el 99,78%.
Castilla y León Económica / Europa Press