“No seremos la fábrica de Philips más grande de Europa, pero sí la mejor, la más eficiente y competitiva. Además, tenemos muy buenas perspectivas para este ejercicio que debemos convertir en una realidad con el día a día”. Así de optimista de cara al futuro se muestra Arturo González Sexma, director de la planta de alumbrado exterior que la multinacional posee en Valladolid. Y no es para menos, después de cerrar 2017 con un récord histórico de facturación al alcanzar los 98 millones de euros, lo que supone un incremento del 40%, y llegar a los 122 millones si se tiene en cuenta también Saeta Die Casting, su factoría de inyección de aluminio.
Estos guarismos son fruto de la reestructuración de centros de trabajo experimentada por la compañía en el continente, que ha pasado de 9 a 4, ya que ha propiciado la incorporación de nuevas líneas de producción e impulsado el crecimiento orgánico de la plaza vallisoletana. No en vano, su plan estratégico para el próximo trienio contempla un crecimiento anual del 10%.
Fuerte presencia en los mercados exteriores
Apenas un 15% de sus ingresos procede del territorio nacional, mientras que del 85% restante la mayoría de las ventas se concentra en Europa, donde prácticamente la totalidad de los túneles tiene alguna luminaria made in Valladolid. En este capítulo, destacan las instaladas en infraestructuras subterráneas tan complejas como las que transcurren por los fiordos noruegos o los Alpes italianos, pero también otras como las localizadas en Siberia o Chile. “La iluminación led consigue entre un 50% y un 70% de ahorro energético, reduce drásticamente el mantenimiento y aumenta de manera muy significativa el confort visual y la sensación de seguridad”, asegura González Sexma.
Además del alumbrado vial, la planta se ha especializado en la iluminación de aeropuertos, con trabajos realizados en enclaves de Marruecos, Australia, Emiratos Árabes Unidos y Argentina, entre otros; y de emplazamiento deportivos, una línea que gana cada vez más peso en su volumen de negocio. Sin duda, el Wanda Metropolitano, el recién estrenado estadio del Atlético de Madrid, se ha convertido gracias a Philips Valladolid en el primero del mundo en contar con tecnología 100% led y ser también el primero 100% digital.
“En este tipo de instalaciones se puede hacer prácticamente todo lo que se pueda imaginar, desde acompasar el alumbrado con los acordes de la música que se reproduzca a iluminar sólo el área pequeña cuando se va a lanzar una tanda de penaltis. En esto último hemos avanzado más que lo que permite el reglamento de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA)”, puntualiza el director de esta factoría, desde la que han salido proyectores ArenaVision Led para los estadios del Ajax de Amsterdam, la Juventus de Turín, el Paris Saint Germain y el Real Betis Balompié y que prepara envíos para los que se colocarán en el mundial de Qatar que se celebrará en 2022.
Olimpíadas de Tokio
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 es otro de los grandes acontecimientos deportivos para el que se están poniendo a punto distintas instalaciones. Sus responsables se han acercado ya a la planta vallisoletana para conocer in situ las importantes prestaciones de sus luminarias y visitar su laboratorio, “el más potente de Europa en el sector, en el que hemos invertido 1,5 millones en 3 años y en el que trabajan en exclusiva 9 personas, todos ellos ingenieros especializados en electrónica. Prácticamente todas las semanas recibimos a delegaciones extranjeras, no en vano tenemos el 90% del pedido conseguido cuando se ve todo lo que hacemos y el valor añadido y los altos estándares de calidad que aportamos, pues contamos con todas las certificaciones europeas para que nuestros productos estén homologados en cualquier país”.
Asimismo, Philips Valladolid dispone de una sala SMD (Surface Mounting Devices) que permite desarrollar circuitos electrónicos impresos para soluciones led de alta eficiencia energética, componentes esenciales de las luminarias que fabrica. “Tenemos una planta puntera en el campo de la tecnología led, que aboga por la digitalización, el lean manufactoring y el Internet de las cosas y que está con la mira puesta en la Industria 4.0”, destaca el director de esta factoría, que produce más de 450.000 unidades al año.
En este sentido, se ha convertido en la planta piloto de la multinacional en Europa en automatización de almacenes y control de toda la trazabilidad de fabricación, una actuación con la que pretende doblar la capacidad de montaje manteniendo el mismo número de personas. Este último punto, la constante actualización del laboratorio y la adquisición de nueva maquinaria han aglutinado el grueso de las inversiones en los dos centros de trabajo de Valladolid, Philips y Saeta Die Casting, que suman 525 empleados, y que asciende a 14 millones en los últimos 3 años.
En cuanto a esta última, su actividad de inyección de aluminio se dirige en un 60% a suministrar a Philips Valladolid, mientras que el 40% restante a cubrir los pedidos de otras empresas del campo de la iluminación y de otros sectores. De cara a los próximos años, ampliará su campo de negocio a la automoción, que le permitirá crecer un 10% anual en los próximos dos ejercicios.
Implicación con el territorio
Tanto Philips Valladolid como Saeta Die Casting tienen una importante vinculación con Valladolid, provincia de la que procede el 70% de sus proveedores. Además, han formalizado acuerdos con la Universidad de Valladolid, con varios institutos de Secundaria que ofrecen ciclos de Formación Profesional afines a los perfiles profesionales demandados en ambas plantas y con la Escuela de Negocios de la Cámara de Comercio de Valladolid.
Compromiso con la seguridad
Una de las claves de la buena marcha tanto de Philips Valladolid como de Saeta Die Casting hay que buscarla en la plantilla, “pues el valor de nuestra empresa es su gente, lo que diferencia a nuestra fábrica es la pasión y el buen ambiente de trabajo que se respira, por eso la rotación es insignificante”, apunta Arturo González Sexma, director de la planta.
Para lograrlo, han puesto en marcha medidas de flexibilidad para favorecer la conciliación de la vida personal y laboral y han potenciado la formación de los 525 empleados entre ambas plantas, con una media de 38 horas por persona. Además, en muchos casos son los propios trabajadores los que indican cuáles son sus necesidades o si tienen inquietud por ampliar sus conocimientos en algún campo, como por ejemplo los idiomas. “Atraemos y exportamos talento. El actual responsable de Iluminación de Apple a nivel mundial estuvo trabajando con nosotros en nuestras instalaciones y aún mantenemos un vínculo directo con él”, precisa Arturo González Sexma, director de las 2 factorías.
Récord mundial
Ambas fábricas tienen también un fuerte compromiso con la seguridad, tanto es así que han logrado sumar tres años sin registrar accidentes laborales, un récord mundial en la historia de Philips. “Nuestro equipo está muy concienciado con este tema y está alerta para detectar cualquier situación de riesgo”, puntualiza. Es esta misma dirección, han implementado un programa por el que se recibe al menos una sugerencia de mejora de las instalaciones en todos los ámbitos por empleado y mes, de manera que se obtienen entre 15 ó 20 al día.
El grado de participación es muy elevado y está fomentado por las tres reuniones anuales que celebran con toda la plantilla, en las que se informa de cómo va la compañía, y de otras mensuales dentro del comité de empresa para analizar y abordar las distintas propuestas presentadas.
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