Los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) abogan por triplicar los tipos del actual Impuesto sobre el Patrimonio antes de que acabe el año hasta situar el gravamen medio entre el 1% y el 2%, lo que unido a una exención en el pago para quienes adquieran deuda pública “permitiría reducir los costes de financiación del Estado y evitaría tener que solicitar un nuevo rescate y someter a los ciudadanos a las condiciones de un severo ajuste”.
En opinión de este colectivo, la exención a la deuda comprada en el mercado primario (subastas) debería estar condicionada a su tenencia durante un mínimo de 3 ó 5 años, coincidiendo con el plazo del bono en cuestión, cuando probablemente esté superada la crisis sobre la deuda. “Esto situaría el tipo de interés entre el 2% y 3%, con lo que para el inversor la rentabilidad financiera-fiscal de deuda pública oscilaría en torno al 4%”, precisan los expertos.
Gestha considera que este coste sería “razonable y sostenible” para el Estado y facilitaría afrontar los importantes vencimientos de deuda previstos a corto y medio plazo: según sus datos, entre los meses de septiembre y diciembre de este año el Tesoro necesitará un mínimo de 49.144 millones de euros, a los que se sumarán otros 107.150 millones de euros a lo largo de 2013.
Impuesto sobre la Riqueza
Además de estos cambios en el Impuesto sobre el Patrimonio, que podrían tramitarse de forma urgente y estar listos en el mes de octubre, Gestha defiende la aprobación de un proyecto de ley para crear un Impuesto sobre la Riqueza de ámbito estatal -evitando así las bonificaciones autonómicas al 100% de la cuota- con mínimos exentos similares a los vigentes en el Impuesto sobre Patrimonio, al que sustituiría a partir de 2013.
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