Eléctrico y atractivo, así es la tarjeta de presentación del Renault Zoe que llama antes la atención en ciudad por su estética que por su silenciosa marcha. Con una longitud de 4,08 metros de largo, es casi un Clio en cuanto a longitud pero más alto. Y esto se nota en su interior, sobre todo en altura y en el maletero que alcanza los 338 litros. Está concebido desde su origen como un coche eléctrico, aunque aprovecha la plataforma del Clio 4, pero con los trenes rodantes del Megane con el fin de soportar los 290 kilos de la batería situada bajo el suelo, en el centro del coche, posición que, al bajar el centro de gravedad, beneficia su comportamiento en curva.
El interior ofrece una atmósfera de claridad y sencillez. Y al tiempo innova con materiales como la goma para una parte del salpicadero y el teflón para la tapicería de los asientos. Las 2 pantallas le dan un aire high-tec. La primera sirve para cuadro de instrumentos y la segunda corresponde al sistema multimedia R-Link.
Suspensión
En ciudad se mueve con agilidad dejando atrás a los otros vehículos cuando el semáforo se pone en verde. La suspensión muy bien reglada absorbe perfectamente las irregularidades del asfalto y la ausencia de ruido o de vibraciones mitiga el estrés de los trayectos en medio del tráfico urbano.
En carretera su motor de 88 cv y 220 Nm de par ofrece un elevado placer de conducción, las salidas son vivas y se mueve con agilidad incluso en la autovía. Para obtener la máxima autonomía, los técnicos de Renault han puesto en marcha 3 innovaciones. La primera está relacionada con los neumáticos Energy ZE desarrollados especialmente por Michelin en función de las características específicas del coche. La recarga de las baterías en las deceleraciones es otro punto en el que han realizado una importante mejora. Así cuando el conductor frena ligeramente, los frenos no se activan y el motor eléctrico se encarga de ralentizar el coche y actúa en su función de recarga de las baterías. La ventaja está en que la regeneración de energía es más ligera y el freno motor se muestra más suave que en otros eléctricos como el Kangoo ZE. Tercera innovación, una bomba de calor que permite limitar el consumo de electricidad para calentar el habitáculo.
El Zoe ha cumplido su compromiso de ser menos caro y tener mayor autonomía que otros eléctricos. En cuanto a lo primero, puede adquirirse desde 13.650 euros contando con las ayudas gubernamentales y planes Pive. En cuanto a la autonomía, durante la prueba hemos podido recorrer 140 kilómetros sin problemas en un uso mixto ciudad/carretera.
En resumen, el Zoe puede ser interesante para empresas o bien en el caso de particulares como segundo coche.
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