La Asamblea General de Caja Madrid ratificó el traspaso de los activos y pasivos a Bankia. Este acuerdo, que ya aprobó el Consejo de Administración de la entidad el pasado 28 de enero, completa la fusión acordada por Caja Madrid, Bancaja, La Caja de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja el 14 de junio de 2010.
Rodrigo Rato, presidente de la entidad, explicó que este nuevo paso “no modifica la sustancia del contrato de integración, sino que con él se refuerzan sus principios básicos de apoyo mutuo en solvencia y liquidez, la unificación de políticas y mutualización de resultados”. Además, esta operación “traslada a los mercados, inversores y a los clientes una imagen entendible del proyecto”.
En concreto, Caja Madrid traspasa todos sus activos excepto marca, obra social, monte de piedad y el edificio histórico situado en la Plaza de Celenque. Además, tendrá delegada la gestión del negocio minorista en su zona de influencia.
Plan de integración
Rato destacó algunos de los principales aspectos del Plan de integración, como el próximo cierre de cerca de 600 oficinas, la salida de 3.756 personas -la mayor parte por vía prejubilación- o el proyecto de sinergias en gastos generales, que permite reducir los gastos de explotación del Baco en casi 150 millones de euros en 2011 y que se incrementará cada año hasta alcanzar un ahorro previsto en 2013 de 500 millones. De hecho, según sus datos, al cierre de enero estos gastos se reducían “en la senda prevista”, incluso a un ritmo del 3,3%.
Al mismo tiempo, el presidente de la entidad subrayó que la próxima salida a Bolsa de Bankia reforzará su compromiso social y permitirá “consolidar uno de los líderes del mercado bancario nacional de los próximos años y aumentará sus niveles de solvencia”.
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