Carlos Ghosn, presidente de Renault; y Patrick Pélata, número 2 de la multinacional francesa; pidieron disculpas públicamente a los 3 empleados de la empresa despedidos por un supuesto caso de espionaje industrial, que finalmente no existió y que ahora la marca del rombo presenta como una estafa.
A través de un comunicado, Ghosn y Pélata presentaron “sus sinceras disculpas” a los 3 trabajadores. “Lamentamos, personalmente y en el nombre de Renault, haber acusado erróneamente a los señores Balthazard, Rochette y Tenenbaum en este caso”. Al tiempo, los 2 máximos responsables de la firma automovilística -con centros de producción en Castilla y León- expresaron su compromiso de “reparar el daño” a los 3 despedidos y a restaurar su honor ante la opinión pública. En este sentido, lamentaron los perjuicios causados a los despedidos y a sus familias y anunciaron que se reunirán con los afectados tan pronto como sea posible.
Víctima de una estafa organizada
Renault anunció también que sus acciones legales, orientadas inicialmente a esclarecer el supuesto caso de espionaje industrial, se dirigen ahora a demostrar que la empresa ha sido víctima de una estafa organizada. Esta reacción se produce después de que el fiscal Jean-Claude Marin confirmara en rueda de prensa que no había existido ningún caso de espionaje industrial, y que las supuestas cuentas bancarias en las que los despedidos habían recibido el pago por sus presuntos servicios tampoco existen.
Marin anunció además que Renault ya ha pagado una sanción de 310.000 euros por falsa información y está pendiente de abonar otros 390.000 euros, en relación con el supuesto caso de espionaje, que estuvo a punto de provocar un conflicto diplomático entre Francia y China.
Europa Press