En España hay más de 1.200 hectáreas dedicadas a la producción de plantas de fresa, de las que la mayoría se encuentran en Castilla y León, principalmente en las provincias de Segovia, Valladolid y Ávila. Aunque la creencia generalizada es que las fresas proceden de Andalucía, el ciclo productivo comienza en explotaciones como las de la cooperativa Viveros Campiñas, situados en la comarca del Carracillo (Segovia).
Esto se debe a que la planta necesita en su primera etapa de unas condiciones climáticas específicas que se dan en esta zona castellana y leonesa. Viveros Campiñas cuenta con dos campañas de plantas de fresa bien diferenciadas en función del lugar de destino. Así, las plantas de fresa de octubre son enviadas a Huelva y Marruecos, mientras que las de noviembre y diciembre se exportan a Reino Unido, Bélgica, Alemania e Italia, principalmente. En estos países, dichas plantas serán trasplantadas en los meses de marzo y abril para complementar la temporada de Huelva.
Revulsivo para zonas rurales
Para los responsables de la cooperativa, el sector de la planta de fresa supone un importante revulsivo para las zonas rurales donde se produce, al contribuir de manera decidida a la creación de empleos y asentamiento de población en zonas rurales. La ingente mano de obra que se necesita durante todo el año, así como la incidencia social de esta población, supone una oportunidad para los pueblos de Castilla y León.
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