Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, considera que el Plan de Energías Renovables 2011-20 -aprobado por el Gobierno el pasado viernes- “no parece ir en la buena dirección”, dado que prevé un desarrollo muy relevante de las tecnologías más caras, como la termosolar y la fotovoltaica, que elevarán los precios un 60%, pasando de 250 a 400 euros de sobrecoste anual por cliente.
Durante su intervención en la sesión inaugural de la jornada El modelo Energético del Futuro: Retos y Soluciones, organizada por el Club Español de la Energía y celebrada en el auditorio de la Torre Iberdrola de Bilbao, Galán explicó que las renovables tener deben cabida en el modelo regulador, aunque matizó: “siendo imprescindibles para lograr un nuevo sistema energético más descarbonizado y teniendo en cuenta su alto impacto económico en el sistema, se debe considerar la relación entre la contribución energética de cada tecnología y su coste”.
Equilibrio entre tecnologías maduras y renovables
En este sentido, señaló que los costes del sistema han crecido de manera exponencial en los últimos años “principalmente por las primas del régimen especial”, cuyo valor acumulado desde 2004 supera los 22.000 millones de euros, cifra idéntica al aumento del déficit de tarifa en ese mismo período. “La razón para que el sistema español haya creado esta auténtica burbuja -tal y como define este concepto el Consejo Europeo de Reguladores- se encuentra en la implantación masiva de tecnologías no maduras, como las solares, que en 2011 van a aportar sólo un 3% de la energía, mientras que van a suponer un 13% del coste total de producción. Ésta es, además, una de las principales causas del aumento de los costes y, como consecuencia, del déficit tarifario”, añadió.
Por esta razón, Galán puso el acento en la importancia de apostar por las energías más maduras, a fin de evitar una carga insostenible para el sector con tecnologías caras que aportan poca producción y tienen todavía un elevado margen de mejora de costes en el futuro. Es decir, “su implantación masiva sólo debe realizarse cuando la curva de aprendizaje las haga competitivas con otras soluciones energéticas renovables”, sentenció.
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