Por segundo año consecutivo, y tras el éxito de la primera edición, estudiantes de la Escuela de Ingenierías Industrial, Informática y Aeroespacial de la Universidad de León (ULE) han vuelto a ponerse a prueba resolviendo retos reales del sector empresarial de la mano del Clúster de Automoción y Movilidad de Castilla y León Facyl.
En esta edición, fue la multinacional Antolin la que planteó un desafió que contó con la participación de cerca de 80 estudiantes de tercer curso del grado de Ingeniería Informática, organizados en equipos dentro de la asignatura de Dirección de Proyectos. El objetivo era diseñar soluciones innovadoras aplicando la teoría a problemas concretos de la industria automovilística.
Una iniciativa que se enmarca en la “firme apuesta” de la Escuela por vincular la Universidad con la realidad empresarial y que los estudiantes se den cuenta de que lo que han estudiado puede aplicarse a la vida real. “La conexión directa no solo universidad empresa, sino estudiantes empresa, es realmente importante para que ellos vean qué pueden hacer después. Un reto que ya se realizó el pasado año, lo que significa que la actividad es todo un éxito y ya tenemos una nueva prepara con Michelin gracias a Facyl”, destacó Inmaculada González, subdirectora de la Escuela.
Una iniciativa que, según explicó Ana Núñez, directora de Facyl, busca detectar talento que el sector de la automoción y la movilidad pueda incorporar en un futuro cercano, además de acercar a los estudiantes desafíos reales de empresa. “Es muy enriquecedor que comprueben que sus ideas y proyectos tienen una aplicación directa en el tejido industrial”. Núñez también puso en valor el papel del profesorado, “cuya implicación resulta clave para que este tipo de experiencias formativas sean un éxito”.
En este caso concreto, el reto planteado por el Departamento de Fabricación Avanzada 4.0 de Antolin consistía en desarrollar una herramienta informática para la detección de anomalías en piezas plásticas compuesta por un modelo de anomalías basado en inteligencia artificial y una app de inspección. En los procesos de fabricación de piezas plásticas los posibles defectos que se pueden producir son variados en su forma y localización y además su ocurrencia es muy baja.
Visión artificial
Esta solución pretende entrenar modelos de visión artificial en un tiempo razonable, detectando anomalías en las piezas fabricadas con la mayor precisión posible y con un bajo ratio de falsos positivos.
Los vencedores del reto plantearon una aplicación que permite analizar con gran facilidad las anomalías y evitar que los productos defectuosos lleguen a las líneas de producción. Además, lograron que cualquier operario pueda detectarlo de manera sencilla. El equipo vencedor recibió un premio de 500 euros otorgado por Facyl que, de esta manera, reconoce su esfuerzo y su apuesta por la innovación.
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