Zibá Eventos. La otra catedral de Segovia. Lleno a reventar. La ocasión lo merecía. Pepe Rodríguez (Masterchef) ejercía de maestro de ceremonias en un acto emocionante. Se trataba de presentar el libro Valor y Valores, ni más ni menos que la trayectoria -la vida- de José María Ruiz. Arropado por toda su familia, su equipo y 600 amigos, fue un día especial. José María es un hombre único. Su legado va mucho más allá de su famoso cochinillo. Es de estas personas que dignifican la bendita profesión de ser empresario, de hacedor de cosas, de mago de la cocina, de inventor de mezclas inimaginables y arquitecto de sueños. Por ello, la edición de este libro no es sólo un reconocimiento hacia la figura de José María, sino hacia todos los empresarios que trabajan día a día por el sueño de toda una vida.
El libro es una bendición. Editado por Planeta y dirigido magistralmente por Carlos Álvaro. La portada es preciosa. José María en estado puro: energía e ilusión desbordante, eterna juventud. Por dentro, una delicia.
Claves del éxito
Difícil resumir en palabras lo que ha llevado a este excepcional hombre al éxito:
1.- Trabajo. Mucho. Es el mayor ejemplo hacia sus trabajadores, su familia y sus clientes. Liderazgo puro.
2.- Meritocracia. La vida te reconoce. Quien siembra, recoge. Así da José María, a buen seguro recibe mucho más.
3.- Atención al cliente. Los teléfonos 902 no existen. Cámbienlos por un apretón de manos, por una sonrisa.
4.- Excelente materia prima. Lo mejor de lo mejor. Producto, proceso, el ciclo completo, todo bajo control.
5.- Largo plazo. La palabra especulación no existe en su diccionario. Busquen, sigan buscando.
Pero más allá de éxito en la gestión de la empresa, para mí destaca la persona. José María tiene un corazón que no le cabe en el pecho, desborda humanidad, humor y una sonrisa que atrapa. Siempre tiene una pregunta bajo la manga que te hace sentir que tienes un hueco en su vida. Ya sea el Rey de España o cualquier otro. Recuerdo las conversaciones sobre el Atleti con mi padre, ninguno entendía mucho, pero era lo de menos (risas). Y algo que no se estila mucho en nuestros días: el detalle. Siempre pendiente de pequeños gestos que te hacen sentir importante, como parte de su vida. La excelencia plena.
Dentro del anecdotario, dos fotos que me han hecho sonreír. La primera, Fernando Torres tratando de imitar al maestro en la ceremonia del cochinillo. La segunda, con toda la familia, recogiendo el Premio Familia Empresaria de Castilla y León, que promueve nuestra asociación.
La gran suerte -trabajada- de José María y Chon son sus hijos, que han heredado el compromiso con el legado familiar y, sobre todo, la humanidad de los padres. Brindemos con un Pago de Carraovejas Cuesta de las Liebres por una larga vida al cochinillo y a José María.
Un gran artículo, Eduardo, y un homenaje muy merecido a quien, con su ejemplo de vida, nos acerca como nadie a los valores de la empresa familiar. Brindo, igualmente, por José María y por toda la familia Ruiz