Laboratorios Ovejero conmemora en 2018 el 70 aniversario de una saga empresarial familiar que se inició con Santos Ovejero del Agua, fundador de la compañía en 1948 y docente y decano de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León. En 1983, su hijo Juan Ignacio Ovejero Guisasola tomó el relevo al frente de esta compañía leonesa dedicada a la fabricación y distribución de soluciones de salud animal, en la que Juan Pablo Ovejero Zavagli ocupa el cargo de consejero delegado.
La apuesta de esta empresa familiar por la I+D+i, un área a la que destina más del 5% de su facturación -que fue de 26 millones de euros en 2017, con una previsión de alcanzar los 50 millones de euros en 2020-, se ha centrado en los últimos años en el campo de la biotecnología, concretamente, en el desarrollo de terapias basadas en la inmunología animal para hacer frente a las enfermedades infecciosas. Este área se ha convertido en uno de los principales ejes estratégicos de la compañía.
“Estamos muy comprometidos con el uso prudente de antibióticos en animales para contribuir de forma significativa a la lucha contra las bacterias resistentes, un problema de salud pública global”, explica Ovejero Zavagli, que subraya que esta concienciación va más allá del bienestar animal: “hacer un uso prudente de los antibióticos implica un cambio en las pautas y en los métodos de producción para alcanzar la excelencia en términos de calidad y seguridad en los productos destinados al consumo humano, como la carne y la leche”.
Big data
De hecho, el laboratorio acaba de lanzar una herramienta de big data (Piroa Lactis Tool), que proporciona soluciones a todos los actores de la cadena de producción de alimentos de origen animal. Este programa recopila patrones y parámetros relativos a enfermedades, resistencias y uso de antibióticos con el fin de proporcionar pautas y protocolos para optimizar y reducir su empleo hasta alcanzar niveles sostenibles.
La evolución de este negocio familiar en estos 70 años ha dado como resultado la creación del Grupo Ovejero, compuesto por las empresas Laboratorios Ovejero y Biowet, con sedes en León y Polonia, respectivamente, y dedicadas a la fabricación de medicamentos veterinarios; 5 filiales para la comercialización de estos productos en México, Perú, Filipinas, Argentina y España; y las sociedades Diomune e Innovavet, especializadas en la investigación y desarrollo de soluciones terapéuticas.
Su última aportación terapéutica es Fortinmune Bov, un medicamento basado en los últimos conocimientos en el campo de la inmunoterapia, que ha sido diseñado para controlar y tratar el desarrollo de la mastitis en el ganado bovino lechero.
Servicios complementarios de diagnóstico
La apuesta de Laboratorios Ovejero por estos tratamientos se inició con su fundador, que hace 70 años ya desarrolló una gama de productos inmunológicos. En los siguientes 50 años, se reforzó este área con los inmunomoduladores, que contribuyen a la prevención y tratamiento de patologías veterinarias. “Con la evolución de la medicina hacia la precisión y la personalización, nuestra empresa también ha desarrollado servicios complementarios de diagnóstico, que permiten la elaboración de inmunoterapias personalizadas, denominadas autovacunas”, aclara el consejero delegado de Laboratorios Ovejero, que recuerda que su catálogo de productos incluye también tratamientos farmacológicos, productos de higiene y nutrición y premezclas medicamentosas y piensos complementarios.
Más información en el número de octubre de la revista Castilla y León Económica
