La crisis sanitaria ha devenido en crisis económica y social y Cajamar, entidad apegada a nuestra comunidad autónoma desde su origen centenario, está facilitando financiación y moratorias a empresas, autónomos y familias para apoyarles ante esta situación excepcional. La banca cooperativa Cajamar cuenta, a nivel nacional, con un volumen de negocio gestionado de 80.422 millones y la confianza de 3,4 millones de clientes que son atendidos por sus 5.450 profesionales a través de sus 1.069 oficinas y agencias.
Durante esta pandemia, los 300 profesionales de sus 83 oficinas en Castilla y León no han dejado sin servicio financiero a ninguna población donde está presente la entidad “ni escatimado horas ni esfuerzo para atender a nuestros clientes y dar respuestas y soluciones a sus necesidades en tiempo récord, a pesar de los continuos cambios que íbamos conociendo a través de los sucesivos Reales Decretos. Quiero destacar, por encima de todo, la absoluta entrega, dedicación y responsabilidad de todos nuestros profesionales”, señala Raúl Ortega, director territorial de Cajamar en Castilla y León, quien añade: “nos estamos volcando en proporcionar liquidez a empresas, pymes, autónomos y familias conforme a nuestra misión como banca cooperativa. Nuestro origen en Valladolid se remonta a hace más de un siglo, ante la dificultad que encontraban los agricultores para obtener financiación de la banca mercantil ante las vicisitudes del campo, malas campañas y bajos precios, teniendo que crear sus propias cooperativas de crédito para conseguirla. Desde entonces, hemos estado presentes siempre que ha sido necesario, tanto en los buenos como en los malos momentos, y ahora, de nuevo, trabajamos para que ninguno de nuestros clientes se quede atrás”.
Ortega hace hincapié en que su entidad financiera ayuda en esta coyuntura a las personas más vulnerables, a través de moratorias hipotecarias, de consumo y de tarjetas; el aplazamiento sin coste de las rentas de alquiler de activos adjudicados; el adelanto de las prestaciones por desempleo; o el anticipo, sin coste alguno, del ERTE durante los meses que conlleva su tramitación. “A las personas mayores les adelantamos el cobro de las pensiones y les hemos proporcionado tarjetas sin comisión para que no tengan que depender del dinero en efectivo en sus compras; y a todos nuestros clientes les permitimos disponer de dinero en cajeros ajenos, también sin coste, y les hemos aumentado el importe de pago de las tarjetas contactless para que puedan utilizarlas en más operaciones sin tener que introducir la contraseña, entre otras medidas”, puntualiza el ejecutivo.
Región estratégica
Castilla y León es una región estratégica para Cajamar “por ser parte de nuestros orígenes, de nuestras raíces, y por contar con una fuerte base de empresas agro, que es un sector clave en nuestra actividad, siendo Cajamar una entidad líder en su financiación. En lo que respecta a nuestras previsiones de negocio a corto plazo, indudablemente han cambiado. Ahora lo primordial es ayudar y apoyar a nuestros clientes a sobrellevar la crisis lo mejor posible, dejando de lado otros objetivos como el crecimiento del negocio. Una vez que superemos esta coyuntura entre todos, nuestro interés estará en seguir creciendo en el entorno económico y social de esta comunidad autónoma, ofreciendo el servicio financiero de cercanía que nos caracteriza”, detalla Ortega como líneas maestras de su hoja de ruta para el horizonte más próximo.
Sobre el incierto futuro que se presenta en el ámbito empresarial y financiero, el director territorial de Cajamar en Castilla y León advierte que habrá “una contracción del PIB, un incremento del paro y una caída del consumo, entre otras variables. Lo que nadie puede saber con cierto grado de seguridad es su intensidad, por eso estamos trabajando de manera ardua para anticiparnos y amortiguar sus efectos en las economías empresariales y familiares de nuestros clientes. Estamos siendo absolutamente proactivos en el ofrecimiento de moratorias, tanto para quienes cumplen los requisitos gubernamentales como también para los que no pueden acogerse, pero lo necesitan; así como con los avales del ICO, donde, en la primera partida, agotamos íntegramente, no sólo la cantidad asignada inicialmente, sino que cubrimos también la parte que nos correspondió del sobrante no gestionado por otras entidades. Y ahora estamos con el segundo y tercer tramo del ICO, cuyo plazo termina el 30 de junio, así como ofreciendo líneas de financiación propias de nuestro grupo y moratorias a los clientes que no cumplen los requisitos. Todo con el objetivo de que aquellas empresas y autónomos, que eran solventes antes de la crisis, puedan afrontar la difícil situación actual, superarla y seguir adelante con sus negocios”.
Servicios financieros
Sobre si considera que el coronavirus cambiará la relación entre las entidades financieras y sus clientes, Ortega asevera: “no todas las entidades financieras nos relacionamos de igual modo con nuestros clientes, ni todas hemos recurrido a ayudas públicas para los procesos de rescate y saneamiento vividos durante la anterior crisis de 2008, por la que aún se sigue demonizando al sector en su conjunto. No es nuestro caso, en Cajamar no hemos recibido ni un solo euro del dinero de los contribuyentes; es más, incluso hemos aportado nuestros propios recursos para ayudar a otras cajas rurales y entidades financieras a su saneamiento”. Y añade: “como cooperativa de crédito, nunca olvidamos que la mayoría de nuestros clientes son, a la vez, nuestros propietarios. En Cajamar contamos con más de 3,4 millones de clientes, de los que 1,4 millones también son socios, y a ellos nos debemos. Nuestros socios no buscan grandes rentabilidades por su capital, como sucede en el caso de los accionistas de la banca mercantil. A cambio, lo que sí nos piden son servicios financieros y que estemos a su lado cuando nos necesitan. Por eso, hoy estamos a su lado, con el 100 % de nuestras oficinas abiertas y durante el momento más duro del estado de alarma no dejamos de prestar servicio en ninguna de las poblaciones en las que estamos presentes”.
Parte de la solución
Raúl Ortega, director territorial de Cajamar en Castilla y León, considera que esta crisis provocada por el Covid-19 “además de la solidaridad y el valor de la colaboración y el esfuerzo, ha puesto de manifiesto un cambio en la percepción que hay de las entidades financieras, porque hoy somos parte de la solución y no del problema. De hecho, nuestros profesionales de Castilla y León han vuelto a demostrar su estrecha relación con los clientes, siendo los primeros en pedir mantener las oficinas abiertas para escuchar y tranquilizar a esas personas que acudían o llamaban desesperados por no disponer de ingresos para atender sus compromisos y pagos”.
Ortega afirma respetar y admirar mucho a los empresarios “como para darles consejos. Y menos ahora. Sí los he dado durante las épocas de bonanza, que es cuando hay que tomar las decisiones y medidas para afrontar las situaciones de crisis que, tarde o temprano, siempre llegan. Cuando he visto planes de negocio que se limitan al escenario optimista, tras advertirlo y comentarlo, algún emprendedor me ha llegado a preguntar extrañado si es que no creía en su empresa. Y es que los empresarios y autónomos, al igual que las familias, siempre han de ser previsores. Es por ello que, a quienes cumplen los requisitos para acceder a las líneas ICO y las moratorias, les recomiendo que deben aprovechar y solicitarlas, porque en principio terminan en septiembre”, concluye.
Más información en el númerjo de junio de Castilla y León Económica