“Uno no elige cuándo ser empresario, sino que son las circunstancias las que te van obligando a tomar decisiones y a emprender un camino u otro”, asegura Juan de Miguel, oriundo de Sepulcro Hilario (Salamanca) y fundador del cántabro Grupo Siecsa, integrado por 8 empresas dedicadas a sectores tan dispares como construcción y auxiliar, hostelería, turismo, servicios deportivos o servicios sanitarios no clínicos que tienen una plantilla conjunta de 400 empleados y una facturación que supera los 78 millones de euros.
“La constructora es la que nos ha marcado la senda a seguir, también nos ha posibilitado abrir nuevas iniciativas que nada tienen que ver con ella”, explica sobre la trayectoria del negocio, al tiempo que recuerda que desde el inicio se decidió crecer en base a la reinversión de los beneficios y buscar otras áreas de actividad para así diversificar el riesgo.
Gestión de concesiones
“Un buen ejemplo de ello es la gestión de la Cueva de El Soplao. Se trata de una concesión otorgada por el Gobierno de Cantabria para la explotación de uno de los recursos turísticos más importantes de la región a cambio de llevar a cabo las inversiones de las infraestructuras necesarias para que pueda ser visitada por los turistas. Igual que el Hotel Torresport, de 4 estrellas, inaugurado en 2003; y los centros deportivos en Santander y Torrelavega con la enseña Move & Go”.
En su familia ya existían vínculos con la actividad empresarial, pues se dedicaba a comprar la lana de oveja de la zona ganadera entre Ciudad Rodrigo y la Raya de Portugal para después vendérsela a los clientes de las fábricas de Béjar (Salamanca) y Sabadell (Barcelona). “También comercializaban pimentón de la zona de la Vera en Cáceres. A mí me tocaba trabajar con ellos durante los veranos, entre curso y curso”, rememora este empresario que inició sus estudios en la antigua Miróbriga y terminó la Ingeniería Técnica Industrial en la escuela bejarana.
En la década de los 70 las posibilidades de encontrar trabajo en la provincia salmantina eran escasas, por lo que De Miguel recaló en el País Vasco con el objetivo de encontrar un empleo que cubriera sus expectativas. “Así, empecé a trabajar en una empresa de movimiento de tierras que después me envió a Torrelavega (Cantabria) como delegado, iniciando así la actividad en la construcción de obra pública”, apunta.
Orígenes de SIEC
Como consecuencia de la crisis del petróleo en el año 1973 entre Israel y los países árabes, la empresa se vio obligada a cerrar y “tomamos la decisión de constituir una nueva sociedad, que es la actual SIEC y que se mantiene después 48 años como líder del sector en Cantabria”, puntualiza el empresario.
En la actualidad, el grupo está implantado en Cantabria y País Vasco, aunque puntualmente y de la mano de “nuestros mejores clientes” opera en Castilla y León, Madrid, Cataluña y Andalucía. También en los últimos tiempos ha mantenido actividad en Marruecos, “pero hemos decidido no continuar allí por los riesgos que conlleva trabajar en el sector de la construcción en ese país”.
Cartera de proyectos
En cuanto a su cartera de proyectos, lleva a cabo la actuación industrial más importante que está promoviendo el Gobierno de Cantabria para disponer de suelo para uso logístico e industrial, conocido como La Pasiega, con un presupuesto de 50 millones de euros. Además, está desarrollando varias obras para viviendas en la costa de Cantabria. A esto se suma el futuro Museo de La Lechera en Torrelavega, que promueven conjuntamente el Ayuntamiento y el Gobierno regional, así como numerosos trabajos de edificación industrial, residencial y obra pública.
“En nuestro grupo de empresas venimos manteniendo desde su constitución los mismos valores de siempre, adaptándolos a cada época que nos ha tocado vivir. El esfuerzo, el compromiso, el trabajo bien hecho, la ética en nuestras actuaciones y la responsabilidad social, además de contar con el mejor equipo humano, nos han permitido llegar hasta aquí siendo líderes en los sectores en los que participamos. Estos principios nos han facilitado lograr el prestigio necesario para poder seguir compitiendo en los mercados con las mejores garantías de éxito. La innovación para nosotros es una cuestión que venimos practicando desde nuestros orígenes, aunque se hable más de ella en los últimos años”, señala De Miguel.
Sostenibilidad
A lo largo de los años sus sistemas de gestión se han adaptado a las condiciones y necesidades de cada momento, para lo que dispone de certificaciones acreditadas de calidad, medio ambiente y seguridad y salud, además de la de responsabilidad social empresarial, igualdad o código ético, entre otras. “Y sin la otra palabra de moda, la sostenibilidad, no sería posible haber llegado hasta aquí”, reconoce.
A su juicio, el reto más importante al que se enfrenta es la falta de personal profesional para poder dar respuesta a sus compromisos. “Estamos haciendo grandes esfuerzos para poder mejorar la situación con la incorporación de trabajadores extranjeros y, asimismo, con convenios con la Fundación Laboral de la Construcción para formar a jóvenes estudiantes durante 2 años compartiendo los estudios en el centro educativo con el trabajo en nuestras empresas. Éste es el gran problema que tenemos la mayoría de las compañías en todos los sectores, que también se ha agudizado después de la pandemia”, asegura.
Más información en el número de diciembre de la revista Castilla y León Económica