Valle de San Juan nació en 1998 en Villarrabé, una pequeña localidad del norte de Palencia. Desde este enclave rural, su fundador, Juan Manuel Rodríguez, ha liderado una evolución ejemplar: de un pequeño obrador local a una de las principales industrias queseras de España, con dos plantas de producción, más de 200 trabajadores y una facturación que roza los 100 millones de euros anuales.
El compromiso con el territorio y el empleo rural es la base de su modelo. Además de los empleos directos, la compañía genera 50 puestos indirectos y mantiene una plantilla con más del 80% de contratos indefinidos, fomentando la igualdad de género (40% mujeres) y la diversidad, con profesionales de más de ocho nacionalidades.
Políticas de desarrollo rural
Este esfuerzo se alinea con las políticas de desarrollo rural impulsadas por la Junta de Castilla y León, que promueven la fijación de población y la modernización de la industria agroalimentaria. “El crecimiento de Valle de San Juan demuestra que el futuro de Castilla y León también se construye desde los pueblos”, subrayan fuentes de la compañía.
Desde sus plantas en Villarrabé y Palencia, la empresa mantiene un vínculo directo con el tejido productivo regional, al colaborar con 180 ganaderos locales que suministran más de 65 millones de litros de leche al año; más de 80.000 cabezas de ganado forman parte de su cadena de valor; y el 60% de la plantilla reside en entornos rurales, contribuyendo a mantener actividad y servicios en la comarca.
Impacto económico sostenible
Este modelo genera un impacto económico sostenible, transformando la leche de calidad de Castilla y León en quesos de alto valor añadido que generan riqueza, empleo y reputación para toda la región.
El carácter rural e innovador de Valle de San Juan ha impulsado proyectos pioneros de sostenibilidad, como la instalación fotovoltaica que permite alcanzar un 29% de autoconsumo energético, o la certificación ISO 50001 en eficiencia energética, que solo poseen tres industrias lácteas en España.
Reducción de 360 toneladas de CO2
La compañía ha reducido más de 360 toneladas de emisiones de CO2 anuales (equivalente a 2.000 árboles plantados) y ha desarrollado un modelo de economía circular, transformando el suero lácteo en nuevos productos.
“Nuestro compromiso es producir con responsabilidad y generar futuro donde otros ven abandono rural. Queremos que cada litro de leche transformado en Palencia sea también una oportunidad para las familias que viven de este trabajo”, afirma Juan Manuel Rodríguez.
Mercadona, principal cliente y socio
El éxito de Valle de San Juan no se entiende sin la colaboración de Mercadona, su principal cliente y socio estratégico, que ha acompañado a la compañía desde sus inicios. “Su confianza ha sido determinante para consolidar un modelo industrial sólido, eficiente y con impacto directo en el entorno rural”, destacan desde la dirección.
Con el respaldo institucional de la Junta de Castilla y León y la alianza estratégica con Mercadona, Valle de San Juan es hoy una referencia nacional en innovación, sostenibilidad y desarrollo rural, demostrando que la industria de alto rendimiento también puede tener raíces rurales y visión global.
Más información en el número de noviembre de la revista Castilla y León Económica
