“Queremos elaborar vinos de gran calidad y recuperar la historia y el esplendor que antaño tuvo la zona de la Ribera del Duero soriana donde nos encontramos. Nuestra filosofía pasa por crear un producto exclusivo y competitivo y contribuir a revitalizar cultural y económicamente un territorio con un pasado vitivinícola centenario, con el propósito de que cada botella de vino De Postín se identifique con unos valores, identidad y raíces”. Ésta es la tarjeta de presentación de Vinos De Postín, una bodega asentada en Zayas de Báscones (Soria), liderada por los hermanos Agustín y Marta Postigo, tercera generación de una familia vinculada con la tierra.
Su filosofía se basa en la “calidad, la recuperación del patrimonio vitivinícola soriano y la innovación. Queremos contribuir a recuperar una de las zonas de mayor riqueza histórico-cultural de la Ribera del Duero en Soria, que se remonta a la Edad Media y que había sido prácticamente abandonada”, detalla Agustín Postigo.
Microbodega de autor
De Postín se ha consolidado como una “microbodega de autor con un modelo diferenciado”. Su producción, de en torno a 9.000 botellas anuales, todas bajo la referencia De Postín Edición Limitada, les permite elaborar de forma prácticamente artesanal, con un control personal del proceso de vinificación, “lo que nos permite garantizar un estándar de calidad muy alto y mantenernos en el nicho de vinos de autor premium. Creemos en la especialización y en la exclusividad, por lo que elaboramos un único vino, focalizando toda nuestra atención y energía en él. Por otra parte, desde el inicio tuvimos claro que nuestro proyecto debía tener un enfoque global y una dimensión internacional”.
El viñedo propio se ubica en la parcela 29, denominada Las Viñas, la única que históricamente mantuvo cepas dentro del antiguo Señorío de Zayas de Báscones, ya que un devastador incendio borró gran parte de ese legado. La bodega está situada a apenas 300 metros del viñedo, lo que permite trasladar la uva a bodega en cinco minutos y mantener todos sus matices sensoriales. “El viñedo es una auténtica joya. Además de ser singular por su terroir, microclima e historia centenaria, está situado a casi 1.000 metros de altitud, lo que garantiza una maduración lenta de la uva y mantener todos sus matices”.
4 décadas de historia
Hace 40 años, su padre Agustín Postigo, del que la bodega toma su nombre jugando con la última sílaba de su nombre y la primera de su apellido y cambiando el orden (Pos Tin), y su familia, compraron una finca en esta zona recóndita soriana, con la idea de rentabilizar su pequeña explotación agropecuaria, una operación “que se convirtió en el inicio de algo mucho más grande: una finca situada en pleno corazón de la Ribera del Duero, con un legado vitivinícola excepcional. Mi hermana y yo crecimos jugando en ese entorno y con el paso de los años, con una visión empresarial clara, hemos decidido poner en valor ese patrimonio y transformarlo en un proyecto vitivinícola con alma y proyección internacional. Como reconocimiento al esfuerzo de nuestro padre por sacar adelante esta tierra, su tenacidad y los valores que nos ha inculcado, hemos querido rendirle un homenaje con nuestro vino y su figura está muy presente en todo lo que hacemos”.
Más información en el número de octubre de la revista Castilla y León Económica
