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Un tesoro entre viñedos

Pago de los Capellanes posee parcelas con cepas de hasta 80 años en pleno corazón de la Ribera del Duero
bodega junio
Edificio de Pago de los Capellanes en Pedrosa de Duero (Burgos), con un diseño vanguardista.

En la Edad Media, entre los siglos XIII y XIV, existía en Pedrosa de Duero (Burgos) una capellanía, a la que los vecinos donaban pequeñas parcelas a cambio de misas y oraciones por sus difuntos. De aquella época ha quedado el nombre de una bodega, cuyos viñedos se sitúan en los terrenos donde en su día los religiosos tenían sus huertos y cepas, denominada Pago de los Capellanes, propiedad de Paco Rodero y Conchita Villa. Pedrosa de Duero acoge algunas de las mejores uvas de la Ribera del Duero y en la actualidad la bodega cuenta con un centenar de hectáreas de viñedo de la variedad tempranillo, con una edad media de 20 años, si bien algunas parcelas tienen cepas de 80 años. Rodero es heredero de la tradición vitivinícola familiar, ya que su padre y abuelo eran propietarios de viñedo, si bien éste se amplió a principios de los años 80. La primera cosecha de la bodega vio la luz en 1996.

La producción es de 600.000 botellas, de las que exporta el 20% a la UE, EE UU, México, Puerto Rico, Rusia, Japón y China, entre otros. En sus viñedos, se limita la producción entre 4.000 y 5.000 kilos por hectárea, lo que constata que en Pago de los Capellanes prima el criterio cualitativo. Además, posee un parque de 2.000 barricas de roble francés.
Sus vinos son Pago de los Capellanes Joven Roble, con un paso por madera de cinco meses; Crianza, con doce meses de roble francés; Reserva, con 18 meses de crianza; y dos vinos especiales que sólo elaboran en las mejores añadas y de producción muy limitada: Parcela El Nogal, con 22 meses de barrica; y Parcela El Picón, con 26 meses de madera francesa.

Rodero explica que sus tintos se caracterizan por tener la estructura y características propias de un ribera, “pero con una finura y elegancia especiales, con un paso muy suave en boca. Además, en el campo mimamos la viña y realizamos vendimia de selección”.

Edificio vanguardista
El gran proyecto de Pago de los Capellanes es la construcción del edificio que acoge a la bodega ribereña, que se ha prolongado durante 15 años y cuya primera fase dio comienzo en 1996. Paulatinamente y en sucesivas etapas, se ha ido ampliando con una nave subterránea para las barricas, una zona de embotellado y dormitorio y el edificio social. Rodero asegura que se trata de un edificio “sobrio y elegante, digno de visitar, en el que se mezclan elementos tradicionales y vanguardistas”.

Castilla y León Económica

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