Anta y Jesús ha invertido alrededor de 1,3 millones de euros en los últimos 6 años en ampliar tanto sus instalaciones como su flota de vehículos para hacer frente al crecimiento del negocio. No en vano, recientemente ha adquirido una nave en Coreses (Zamora) de cerca de 8.500 metros cuadrados para estocaje, aula de formación y oficinas que se ha convertido en la sede de esta compañía especializada en la distribución de productos de higiene y limpieza profesionales.
“Desde hace algunos años estábamos al límite de espacio y teníamos bastantes dificultades para poder almacenar y preparar pedidos. Muchos de los artículos con los que trabajamos ocupan un importante volumen, como la celulosa y los desechables”, explica Jorge Anta Jesús, director general y gerente de la empresa, que ya cuenta con un parque de 18 vehículos y que trabaja en diversificar su negocio hacia la industria agroalimentaria, “a la que ofreceremos nuestros productos ligados a la higiene y non food y para la que diseñaremos servicios ad hoc, pues en este sector tenemos un gran potencial de crecimiento”.
Nuevas creaciones
El 33% de su facturación, que ronda los 2,1 millones anuales, procede de la venta de productos químicos, donde las principales marcas son G3 y Ecolab. Un porcentaje similar representa la venta de celulosa para uso industrial, “que cada vez ofrece gamas más amplias y variadas con distintas texturas, diseños y colores. En este sentido, la hostelería es un sector que innova mucho y demanda nuevas creaciones. Por eso cada año sacamos colecciones enteras de servilletas y manteles, porque comemos con los ojos”, asegura el responsable de la compañía, que tiene una cartera de más de 1.200 clientes y una plantilla de 18 trabajadores.
Además, Anta y Jesús distribuye una línea de plásticos que incluye bolsas de todos los tamaños y para distintos usos; y complementos de limpieza, capítulo que engloba artículos como fregonas, estropajos o productos desechables. En la actualidad, cuenta con alrededor de 2.500 referencias activas que distribuye a residencias, hospitales, restauración y colectividades, entre otros, principalmente de Zamora, Salamanca y Valladolid.
Más información en el número de mayo de la revista Castilla y León Económica