Muchas familias se enfrentan cada verano al clásico rompecabezas: ¿cómo compaginar el trabajo con el cuidado de los hijos ahora que no hay colegio? La conciliación vuelve a ponerse en el centro del debate, especialmente estas semanas en las que las rutinas cambian, las tardes se alargan y la necesidad de flexibilidad se vuelve urgente. Según un informe de InfoJobs, las medidas más valoradas por los trabajadores para conciliar son la flexibilidad horaria (54%), la jornada intensiva (38%) y el teletrabajo (37%).
A diferencia del resto del año, el verano exige una reorganización total de las rutinas familiares: sin colegio ni extraescolares, los horarios cambian y la disponibilidad de cuidados también. En ese contexto, muchas empresas apuestan por medidas como la jornada intensiva, que concentra la actividad en las horas de la mañana y libera las tardes para descansar, cuidar o simplemente desconectar.
Sensibilidad de las empresas
“El verano es una oportunidad para que las empresas demuestren sensibilidad y compromiso con el bienestar real de sus equipos”, explica Marcelo Dos Reis CEO de Grupo SPEC. “Pero para que esa conciliación funcione, tiene que estar bien organizada”.
La jornada intensiva no está regulada por ley, pero puede aplicarse si lo establece el convenio colectivo o si existe un acuerdo interno. Ofrecer jornada intensiva, permitir adaptar los horarios o incluso facilitar días de teletrabajo no son solo beneficios sociales, sino herramientas reales para garantizar la salud mental, la motivación y el equilibrio personal de los equipos. Y en un momento en el que atraer y retener talento es clave, la conciliación estival puede ser una ventaja competitiva clara.
“El verano no tiene por qué ser una fuente de estrés: con flexibilidad, organización y tecnología, también puede ser un aliado para las empresas y sus personas”, concluye Dos Reis.
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