904 empresas de Castilla y León quebraron a lo largo de 2011 sin declararse en concurso de acreedores, lo que supone un aumento del 15,3% con respecto a 2010 frente al descenso nacional del 3,9%. La región es la quinta con peor evolución a nivel nacional, sólo por detrás de Baleares, donde el cese de actividad se elevó un 37,1% interanual; Extremadura, con un 26,1% más; Galicia, con un alza del 21%; y Castilla-La Manca, con un incremento del 16,6%.
De acuerdo con un informe elaborado por Detectys, Valladolid fue la provincia castellana y leonesa donde más se incrementaron los cierres empresariales sin declaración previa de concurso de acreedores (83,4% más que en 2010), con un total de 301 compañías clausuradas. Le siguen Soria (60% más, hasta sumar 32) y Ávila (36% más, hasta alcanzar 34). Sin embargo, Burgos consiguió reducir los ceses de actividad un 40,7% interanual (73 empresas en 2011), Palencia un 27,1% (51 negocios) y Segovia un 23,5% (39 sociedades mercantiles).
“En la mayor parte de las ocasiones las firmas que quiebran sin declararse en concurso lo hacen así por no tener la liquidez suficiente para afrontar los gastos que supone hacerlo (servicios jurídicos y remanente para pagos a los administradores judiciales). Estas quiebras, que no son recogidas por las estadísticas oficiales, vienen dadas o por declaraciones de insolvencia tras la denuncia de los trabajadores en un Juzgado de lo Social para poder cobrar del Fondo de Garantía Salarial, o por declaraciones de créditos incobrables por parte de las administraciones”, detalla Detectys.
Castilla y León Económica