Ante la incierta situación económica generada por la pandemia del coronavirus, muchos empresarios y emprendedores valoran el modelo de negocio que ofrecen las franquicias, bien para incrementar sus ventas o bien para iniciar una nueva actividad. “Es obvio que la crisis del Covid no es plato de buen gusto para nadie, pero el sector se ha ido adaptando, tanto tecnológicamente como estructuralmente. Es lo bueno del campo que abarca la franquicia, que ante una gran crisis, siempre florecen nuevos conceptos adaptados a las circunstancias”, apunta Eugenio Saz, jefe del Equipo de Consultoría de MundoFranquicia.
Según los datos de esta compañía, los establecimientos franquiciados de Castilla y León alcanzaron una facturación de 128,52 millones de euros en 2019, lo que supone un descenso del 22% respecto al año anterior, con 1.911 puestos de trabajo, 32 enseñas originarias de la comunidad autónoma y una red de 754 locales.
Menos riesgo, más notoriedad
Para este experto, “es una manera de crecimiento empresarial muy notable, ya que se reduce el riesgo y se incrementa la notoriedad, de ahí que muchas empresas diversifiquen entrando en el sector de la franquicia. Un emprendedor, y más ahora, va a buscar seguridad y solvencia inversora y ahí la franquicia aporta mucho. El know how que transmite este modelo es una herramienta clave para la buena gestión y rentabilidad del negocio”.
Para Saz, la recuperación de la economía a niveles pre-Covid no va a ser fácil, “pero hay que ser ambiciosos y pensar en positivo”. A su juicio, las claves para que el sector en la región supere la situación actual pasan por su adaptación y evolución tecnológica. Asimismo, señala el interés que genera la producción artesanal “donde Castilla y León cuenta con grandes capacidades de fabricación y venta. Es ahí donde también debemos empujar. El cliente demanda calidad y tradicionalidad y, en estos parámetros, la comunidad autónoma es sobresaliente”.
Ranking nacional
A nivel nacional, el sector de las franquicias, que cuenta con 1.381 marcas autóctonas, registró una facturación de 26.154 millones en 2019, con un descenso anual de casi el 6%, y contó con una plantilla de 294.231 empleos y 1.381 establecimientos. Madrid y Cataluña lideran las ventas de este sector, con 10.832 y 7.275 millones, respectivamente, y una plantilla de 117.683 y 80.244 trabajadores, cada una. A distancia, se encuentran regiones como Baleares (1.606 millones), Comunidad Valenciana (1.381 millones), País Vasco (1.190 millones) y Andalucía (1.124 millones). Castilla y León, con 128,52 millones, se sitúa en el puesto 13 de este ranking autonómico, sólo por delante de Castilla-La Mancha (117 millones), Navarra (72,1 millones), La Rioja (40,75 millones) y Canarias (22,66 millones).
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