Aljomar ha puesto en marcha un importante proyecto de reforestación en su finca Vera Vieja, donde se crían sus cerdos ibéricos de bellota. Esta acción se enmarca en la apuesta de la empresa guijuelense por la conservación de la dehesa, ecosistema esencial para la producción del jamón ibérico de bellota de la máxima calidad.
La iniciativa consiste en la plantación de 2.000 encinas y 2.000 alcornoques, un total de 4.000 árboles seleccionados a partir de simientes de ejemplares de la dehesa mediterránea con las mejores características de desarrollo y fructificación. Este proceso ha sido llevado a cabo con un riguroso análisis técnico para asegurar que los nuevos árboles crezcan en condiciones óptimas y contribuyan al equilibrio ecológico de la zona.
Protección y cuidado de los plantones
Para garantizar la supervivencia de estos nuevos árboles frente a factores externos como la fauna y las condiciones meteorológicas, Aljomar ha implementado un sistema de doble protección. Por un lado, la instalación de protectores individuales, que facilitan la adaptación de los plantones protegiéndolos del frío, el granizo y el viento, además de evitar el acceso del ganado y prevenir daños por pisoteo de animales, personas o vehículos; y por otro, de jaulas de paño galvanizado, diseñadas específicamente para reforestación, con alturas de entre 1,5 y 2 metros, que refuerzan la protección de los árboles cuando comienzan a sobresalir de los protectores individuales y hasta que adquieren la fortaleza suficiente para desarrollarse de manera autónoma.
Además, se han colocado junto a cada plantón una caña de bambú para guiar su crecimiento y garantizar un desarrollo recto y estable, asegurando el buen arraigue a la tierra.
Un compromiso con el futuro de la dehesa
Desde su fundación, Aljomar ha trabajado por la conservación y mejora de la dehesa, un ecosistema vital para la cría del cerdo ibérico en libertad y la producción de jamón ibérico bellota de máxima calidad. La reforestación de Vera Vieja es una muestra del compromiso de la empresa con las futuras generaciones y con la preservación de este entorno único.
“Cuando adquirimos esta finca, mi padre dijo que asumíamos el reto de mejorarla con cariño, inversión y tiempo. La dehesa es nuestro mayor tesoro, y su mejora es una responsabilidad que no podemos eludir”, afirma José Luis Sánchez, adjunto a la Dirección de Aljomar.
Con esta iniciativa, la compañía sigue apostando por la sostenibilidad y la mejora del ecosistema, asegurando que la encina y el alcornoque, joyas de la dehesa, continúen proporcionando la bellota que alimenta a los cerdos ibéricos y garantiza la excelencia de los productos Aljomar reforzando así su ciclo controlado de producción.
Castilla y León Económica
