El nuevo DS4, rival de los compactos alemanes Audi A3, BMW Serie 1 y Mercedes Clase A, puede rivalizar con una oferta híbrida enchufable de 224 CV, que prácticamente iguala la potencia media ofrecida por sus rivales alemanes de segmento. Y tampoco se acompleja en otros aspectos, empezando por su presentación interior, más refinada que la de los alemanes. El DS4 cuida a sus ocupantes en cuanto a color y materiales. Eso sí, la originalidad de los diseños afecta a la ergonomía. Su consola central, con la pantalla táctil inteligente DS Smart Touch, permite acceder a funciones de infoentretenimiento pregrabadas sin tener que tocar la pantalla táctil principal.
El tren de rodaje ofrece comodidad para todos los ocupantes, gracias a una suspensión controlada de alto rendimiento. A esto se añade el silencio de funcionamiento y la suavidad de las transiciones del sistema híbrido, entre el bloque térmico y el eléctrico, y también por la calidad de los asientos, que se aprecia con el paso de los kilómetros.
El volumen del maletero es una gran referencia gracias a una capacidad de 390 litros. Un valor, sin embargo, 40 litros menor que el del DS4 100% térmico, debido al volumen inherente del motor electrificado.
Cifras de consumo muy bajas
La hibridación enchufable permite alcanzar cifras de consumo muy bajas. Lejos de los 1,3 litros a los 100 km WLTP homologados, será fácil bajar de los 4 litros a los 100 kilómetros de media recurriendo a la carga diaria, si los trayectos semanales se limitan a unos 40 kilómetros en zonas urbanas y periurbanas. Nuestro recorrido mixto nos dio un promedio de 6,5 litros a los 100 kilómetros gracias a la regeneración del sistema. Una medida más que correcta en función de los 225 CV.
Con una excelente relación calidad-precio (hablamos de unos 48.000 euros en la versión más cara) en comparación con la competencia alemana de híbridos enchufables (PHEV), el coche francés destaca sobre todo por su incomparable refinamiento interior, el confort de primera clase que ofrece, sin comprometer el dinamismo, el agrado de conducción que proporciona su mecánica híbrida, las ventajas de la etiqueta 0 y la posibilidad de un consumo medio muy bajo.