Más allá de una cuestión ambiental, la transición hacia modelos más sostenibles representa una oportunidad estratégica para las pymes de Castilla y León. No en vano, la eficiencia energética se está convirtiendo en un factor determinante para que mantengan su posición en las cadenas de valor globales. La crisis energética de 2022 fue un punto de inflexión en la percepción de estas empresas respecto a este ámbito tras los últimos años de incertidumbre energética. “Muchas vieron cómo su estructura de costes se volvía insostenible, lo que les obligó a mirar más allá del precio del kilovatio y empezar a preguntarse cómo y cuánto consumen. Hoy vemos que esta experiencia ha activado una mayor sensibilidad hacia la eficiencia energética, no sólo como forma de reducir gastos, sino también como una estrategia para fortalecer su resiliencia”, explica José Manuel San Millán, gestor de financiación sostenible de BBVA en Castilla y León y Asturias.
A su juicio, además del contexto económico, las exigencias normativas y de mercado están acelerando esta transformación. “Las grandes empresas, que cada vez reportan más información sobre su huella de carbono, están trasladando esos requerimientos a su red de proveedores. Esto significa que una pyme que no actúe sobre su consumo energético corre el riesgo de quedarse fuera de esas cadenas de suministro. No se trata sólo de cumplir, sino de seguir siendo parte de un ecosistema empresarial más sostenible y exigente“, puntualiza el experto.
No obstante, San Millán reconoce que las principales limitaciones suelen ser el acceso a financiación, la falta de personal técnico especializado o simplemente el desconocimiento sobre qué soluciones existen y cómo aplicarlas. Sin embargo, cada vez hay más herramientas, apoyos públicos y soluciones a medida que permiten superar esas barreras, sobre todo si cuentan con un acompañamiento adecuado. “La sostenibilidad debe ser accesible para todas las empresas, no sólo para las grandes. Por eso, junto a ofrecer financiación, nosotros trabajamos activamente en asesorar a las pymes para que identifiquen oportunidades concretas de ahorro energético, adopten tecnologías renovables y accedan a subvenciones públicas como los fondos europeos. También ponemos a su disposición herramientas digitales para medir su impacto ambiental y tomar decisiones más informadas”, indica el experto, que añade: “gracias a que somos un banco global con la escala suficiente para hacer frente a una inversión creciente en tecnología, podemos ofrecer soluciones integrales para ayudar a la transición energética”.
Aislamiento
Aunque el autoconsumo solar sigue siendo una de las principales soluciones, existen otras demandadas por su impacto directo en la factura y su retorno relativamente rápido, desde mejoras en climatización y aislamiento hasta el cambio de iluminación o su automatización y control inteligente. Además, cada vez hay un mayor interés por combinar esta inversión con otras tecnologías eficientes, como la aerotermia o los sistemas de gestión energética basados en datos. Sin olvidar la apuesta por la movilidad sostenible, con la electrificación de flotas.
La innovación es el motor que facilita escalar soluciones y reducir su coste. “Gracias a los avances tecnológicos, herramientas que antes eran inaccesibles para las pymes, hoy están al alcance. Hablamos tanto de tecnologías físicas como de soluciones digitales que permiten visualizar y optimizar el consumo energético, algo fundamental para cualquier estrategia de eficiencia”, indica el experto, que anima a las empresas a no verlo como un coste, sino como una inversión estratégica, pues “la eficiencia energética puede marcar la diferencia entre crecer o quedar fuera de una cadena de valor”.
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