Miguel Arias Cañete, ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, intentará “limitar” los cambios que plantea Bruselas en la reforma de la Política Agraria Común (PAC) que más “lesivos” son para los intereses del campo español, como los criterios para fijar la superficie elegible que recibirá ayudas a partir de 2014 y la convergencia interna para que todos los productores de un país reciban el mismo nivel de apoyo.
“El Gobierno se propuso dar la vuelta a la propuesta de la Comisión, que era muy lesiva para los intereses españoles. Ahora tenemos un Consejo para dar la vuelta completamente y consolidar una reforma adecuada, tenemos que garantizar determinados puntos clave”, indicó Arias Cañete.
El ministro Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente quiere hacer valer en las negociaciones que no todos los Estados miembros tienen las mismas características agronómicas y, por tanto, es necesario flexibilizar las medidas para “no hacer una PAC que pueda perjudicar a ningún Estado miembro”.
Los 27 pactan entre este lunes y martes sus líneas rojas en la reforma de la PAC que deben negociar con la Eurocámara en los próximos meses. Tras un primer debate en la mañana del lunes, las delegaciones iniciarán contactos informales entre sí y reuniones formales con la presidencia irlandesa y la Comisión que previsiblemente se alargarán toda la madrugada. Los ministros no examinarán un primer texto de compromiso hasta la mañana del martes.
Superficie elegible
Uno de los principales problemas de España con la propuesta tiene que ver con la superficie elegible para las ayudas, porque con el cambio de criterios España teme un fuerte incremento de hectáreas entre las que tendría que repartir el mismo nivel de fondos.
En anteriores citas, Arias Cañete estimó un aumento de los actuales 21 millones de hectáreas a 38 millones si no se modifica la propuesta y en esta ocasión ha celebrado que el Parlamento Europeo haya recogido esta preocupación en su mandato de negociación.
Convergencia interna
Otra de las preocupaciones del ministro español es que se limite la convergencia interna por la que se propone equilibrar el pago base de las ayudas directas dentro de cada país, independientemente del sector o la región. La agricultura española es “muy diversa” y requiere niveles diferentes de subsidios, por lo que Arias Cañete defenderá que “no sería deseable” que se produjera un “desplazamiento en intensidades altas” de los fondos europeos de unos sectores a otros.
El texto que plantea la presidencia de la UE, que este semestre ocupa Irlanda, para flexibilizar esa convergencia es una propuesta que gusta a España, pero que podría encontrar “fuerte oposición” en otros países, como Alemania, según explicó Arias Cañete. “No será fácil, pero queremos un menor flujo de fondos de unos sectores a otros, de una Comunidad Autónoma a otra, Necesitamos estabilidad en este ámbito”, añadió.
‘Pago verde’
España también abogará en las negociaciones por incluir los cultivos permanentes con prácticas agronómicas “racionales” en el llamado pago verde o greening, que condicionará el 30% de las ayudas a esfuerzos medioambientales concretos, porque cree necesario “garantizar la rentabilidad” de sectores leñosos como el olivar y la viña.
Otra petición española es que se pueda elevar al 15 % el porcentaje de subsidios acoplados -vinculados a la producción- en sectores clave para el país como la ganadería, “que no está bien tratada en la reforma”; así como “consolidar” los apoyos a los regadíos para que puedan seguir recibiendo financiación para su modernización.
Viñedos y azúcar
La prórroga de los derechos de plantación de viñedos y el mantenimiento de las cuotas de azúcar, para evitar la liberalización prevista para estos dos sectores en los próximos años, es también una de las demandas que España va a defender.
Finalmente, el ministro Arias Cañete explicó que pedirá extender las medidas del paquete lácteo, que refuerza la capacidad de negociación de los productores frente a las grandes cadenas, a “todos los demás sectores”.
Europa Press
