Iberdrola revisó 85.000 kilómetros en España en 2011, de los que alrededor de 19.000 kilómetros de líneas eléctricas corresponden a Castilla y León, para reforzar la seguridad del suministro y seguir mejorando la calidad del servicio que ofrece a todos sus clientes, que en la región son 1,6 millones. La empresa comprobó aquellas líneas de muy alta, alta y media tensión que soportan las puntas de demanda de energía eléctrica, principalmente en las épocas estival e invernal.
Se realizó una revisión ordinaria de 27.500 kilómetros de líneas (6.000 kilómetros en Castilla y León) y una rápida en 15.500 kilómetros (3.000 kilómetros en la región) para detectar posibles anomalías en los elementos que componen este tipo de instalaciones, como aisladores, conductores, herrajes y apoyos, entre otros, dañados por rayos, arbolado, obras de construcción y edificaciones próximas.
También se llevó a cabo un reconocimiento exhaustivo de los apoyos eléctricos, así como las mediciones necesarias para la detección de posibles anomalías, en 24.000 kilómetros de sus tendidos por toda la geografía nacional y 6.700 kilómetros de los tendidos castellanos y leones; y se examinó por infrarrojos otros cerca de 14.000 kilómetros de líneas, de los que 2.500 kilómetros corresponden a Castilla y León.
Castilla y León Económica