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Javier Prado capitanea Tvitec, una empresa que cerrará 2016 con unas ventas de 90 millones

El 70% de esta facturación procede de los mercados exteriores
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Javier Prado, director general de Tvitec.

Pasión por el vidrio es el lema de Tvitec, con sede en Cubillos del Sil (León), y no se trata de una hipérbole, sino de lo que realmente siente su fundador, Javier Prado, cuya historia es un perfecto manual de cómo de empezar de nuevo un negocio.

Este empresario nacido en la localidad leonesa de Camponaraya en 1956 levantó junto a su padre y hermanos una gran empresa de vidrio denominada Cristalglass, cuyo 60% de las acciones fueron vendidas en 2001 a la multinacional mexicana Vitro. Aquella compañía con sede en la citada localidad leonesa llegó a tener alrededor de 600 empleados, 6 fábricas en 5 provincias españolas y una producción de 25.000 piezas de vidrio arquitectónico de alto rendimiento al día.

Javier y su equipo se mantuvieron en la gestión de la sociedad, tal como contemplaba el acuerdo, pero 2 años después se marcharon por desavenencias con la nueva sociedad. “Nunca había trabajado por cuenta ajena y nunca había tenido que dar explicaciones de mis decisiones. Además, nuestra visión del negocio era totalmente diferente, así que decidimos abandonar el proyecto”.

Posteriormente se desprenden de la totalidad del accionariado, mientras que con el dinero obtenido de la operación se introduce en el sector inmobiliario llegando a construir más de 2.000 viviendas en el cuadrante noroeste de España. En esto llega la crisis económica, que se lleva por delante el ladrillo. “En 2007, que había terminado la cláusula de no competencia, decido junto con 2 hermanos y un directivo volver al negocio que me gusta y controlo, por lo que fundamos Tvitec para empezar de nuevo”, recuerda.

Crecimiento galopante

Desde entonces, esta empresa, cuyo nombre procede de las primeras letras de Técnicas de Vidrio Transformado pero leídas al revés, ha registrado un crecimiento galopante, ya que prevé cerrar 2016 con una facturación de 90 millones de euros, un 20% más que en el pasado ejercicio, y con unas exportaciones que alcanzarán el 70%. Su despegue es tan trepidante que ya está acometiendo una nueva inversión por 20 millones de euros para el período 2016-17 destinados a la compra de nueva maquinaria y a la ampliación de la fábrica de Cubillos del Sil en otros 25.000 metros cuadrados para alcanzar una superficie total de 85.000 metros cuadrados. Además de esta instalación, la empresa cuenta con factorías en Villena (Alicante), Oporto (Portugal) y Sao Paulo (Brasil). Todo este conglomerado se ha levantado en menos de 10 años. Muy diferente fue el destino de la antigua Cristalglass-Vitro, que en 2012 se fue a la quiebra.

¿Qué hizo este empresario sumamente tímido, pero que se desenvuelve con mucha seguridad en su negocio y que posee una gran capacidad de trabajo, para partiendo de la nada convertir su empresa en la primera procesadora española de vidrio arquitectónico y una de las firmas punteras en Europa? Pues especializarse en un producto de altas prestaciones, grandes formatos de hasta 12 metros de largo por más de 3 metros de alto y complejidad técnica destinado a emblemáticos edificios, algunos diseñados por los más prestigiosos estudios internacionales de arquitectura. Sus cristales cubren las fachadas de inmuebles que se han convertido en iconos urbanos, como varios rascacielos de Nueva York o Londres, el Pabellón de Italia en la Expo Universal de Milán, el Museo del Mañana en Río de Janeiro, las nuevas sedes centrales del BBVA y Banco Popular en Madrid, el Hotel Hard Rock en Ibiza, la Torre Puig en Barcelona o las salas VIP del Aeropuerto de Doha (Qatar).

Pionero

Con una plantilla de casi 400 personas, Tvitec se ha posicionado como un líder mundial en este tipo de productos, teniendo sólo competencia con otros 2 fabricantes de Alemania y EE UU, “pero nosotros poseemos más capacidad productiva y podemos fabricar con mayores dimensiones”, explica Javier, quien con su nueva empresa vuelve a ser pionero en esta industria, ya que el gran acierto de la desaparecida Cristalglass fue introducir el doble acristalamiento para aumentar el aislamiento energético y acústico de las ventanas cuando nadie lo hacía en nuestro país.

Mercados exteriores

Constituida en plena crisis de la economía española, otra fortaleza de Tvitec ha sido volcarse desde los inicios en los mercados exteriores, sobre todo en las economías más desarrolladas donde aprecian estos productos de alto valor añadido. De hecho, su objetivo es “en una economía globalizada, consolidar una compañía elitista, innovadora, moderna y con la mejor maquinaria”, aclara.

¿De dónde le viene a este empresario de raza la pasión por el vidrio? Pues de sus progenitores. Su padre tenía una ferretería en Cuatrovientos, localidad del municipio de Ponferrada, y su madre otra en Camponaraya, donde vendían cristales tanto para el hogar como para la obras. Ése fue su primer contacto con un sector en el que se convertiría en un referente. “Empecé a poner cristales con mi padre, y hasta ahora”, asevera Javier, quien abandonó los estudios de Empresariales para dedicarse plenamente al negocio familiar hasta que en 1983 deciden fundar Cristalglass. Reconoce que es empresario “porque me apasiona y así lo he vivido desde que era joven”.

Su modelo de gestión se basa en un organigrama muy plano, con un núcleo duro de pocos directivos que son muy accesibles para el resto de la plantilla y que toman decisiones con rapidez. “Eso sí, yo estoy encima de todo”, matiza un empresario al que le gusta controlar todo el proceso. Eso le exige maratonianas jornadas, de hecho si está en la sede de la empresa almuerza en el comedor de la fábrica con sus ejecutivos y empleados. “Procuro no perder mucho tiempo”, resalta.

Es un hombre sencillo que aplica una estrategia tan simple como difícil de llevar a cabo en cualquier tipo de actividad: “hacer las cosas bien y a la primera; y ser competitivos en precio y plazos”. Dicho así, hasta parece fácil, otra cosa bien distinta es ejecutarlo. Asegura además que la principal tarea del empresario es adaptar la compañía constantemente “a las nuevas circunstancias coyunturales. El mercado cambia muy rápido, sobre todo en los últimos años, y hay que estar atentos”.

En su prolija historia empresarial reconoce que su mayor fracaso fue introducirse en el sector inmobiliario. “Lo hice en el peor momento y perdí bastante dinero. Además, era un negocio que me aburría”, asevera. También aprendió de la crisis de principios de los 90 del pasado siglo que en la época de bonanza conviene llenar la hucha por si vienen mal dadas.

Por eso, su máxima preocupación con Tvitec “es tener una empresa perfectamente orientada para que no la afecten los ciclos económicos”. Parece que lo está consiguiendo.

Castilla y León Económica

1 comentario

  1. Se va invertir dinero en la fábrica que tienen en Villena para el año 2022 según tengo entendido queréis automatizar la empresa es cierto esto y si es así para cuando se ara y como si se puede decir claro, gracias.

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