El modelo de teletrabajo del que disfrutan los empleados públicos de la Junta de Castilla y León desde 2011 ha sido la referencia que ha tomado el Gobierno de Baleares para su implantación en la comunidad insular. Así se puso de manifiesto durante el encuentro que mantuvieron este lunes en Palma de Mallorca Pilar del Olmo, consejera de Hacienda de la Junta; y Nuria Riera, consejera de Administraciones Públicas balear, que han coincidido en destacar la importancia de esta herramienta para modernizar la Administración y conciliar la vida laboral y familiar.
Los beneficios contrastados del trabajo desde casa, que se extienden a la propia organización, al empleado público y a la sociedad en general, animaron a la Junta a impulsarlo hace 4 años, en línea con las recomendaciones de la Unión Europea.
Modelo pionero y de éxito
Del Olmo presentó la experiencia castellana y leonesa como un modelo pionero y de éxito –Castilla y León es la única autonomía que lo tiene implantado en su totalidad– que ha suscitado el interés de otras regiones.
La consejera de Hacienda de la Junta destacó que el teletrabajo es una forma distinta y más moderna de entender la Administración, que para el Ejecutivo conlleva ventajas indudables como la mejora de la eficiencia y la productividad y el ahorro de costes.
Plan estratégico
La implantación del teletrabajo en Castilla y León era una medida incluida en el Plan Estratégico de Modernización de la Administración, que además suponía cumplir un compromiso adquirido con las organizaciones sociales.
La consejera de Hacienda, que fue recibida por José Ramón Bauzá, presidente de Baleares, incidió en que el trabajo no presencial es aplicable a un amplio espectro de la función pública, y en especial a los empleados públicos que se dedican al estudio y análisis de proyectos; la elaboración de informes; la asesoría; la redacción, corrección y tratamiento de documentos; la inspección; la gestión, y el análisis, diseño y programación de sistemas de información y comunicaciones.
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